Un nuevo estudio, publicado en la revista Psychological Medicine, confirma que el consumo abusivo de cannabis aumenta el riesgo de esquizofrenia, sobre todo en varones jóvenes.
Científicos de los servicios de salud mental de Dinamarca y del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE.UU. examinaron las historias médicas de casi siete millones de daneses de entre 16 y 49 años, desde 1972 a 2021. La cuestión sigue siendo candente desde el primer estudio del psiquiatra Jacques-Joseph Moreau (1804-1884) sobre los efectos de la locura provocada por el hachís.
La investigación advierte que cuanto más precoz y frecuente es el consumo, mayor es el riesgo. No consigue pruebas irrefutables del vínculo entre el cannabis y la esquizofrenia. Pero ha aumentado considerablemente el consumo de cannabis, con su principio activo, THC (delta-9-tetrahidrocannabinol): del 13% en 2006 al 30% en 2016; la proporción coincide con la del número de diagnósticos de esquizofrenia en varones. De los 45.327 casos, corresponden a consumidores de cannabis el 15% en varones de 16 a 49 años; el 4% en mujeres de 16 a 49 años, y hasta el 30% en varones de 21 a 30 años.
Existe un periodo de riesgo y vulnerabilidad para los chicos de 13 a 16 años. La maduración de su cerebro es más tardía que en las chicas, en términos de estructura de la materia gris y de microestructura de la materia blanca. Durante la adolescencia, los circuitos del córtex prefrontal –implicado en procesos cognitivos complejos, lenguaje, razonamiento, etc.– experimentan cambios importantes, el cerebro es extremadamente plástico y su ritmo de desarrollo, considerable.
El THC del cannabis actúa sobre los receptores cannabinoides, que desempeñan un papel importante en la maduración del cerebro. Este principio activo actuaría sobre las zonas implicadas en las patologías psiquiátricas, en particular en las regiones donde la plasticidad es importante durante la adolescencia. El cannabis puede alterar ciertos circuitos cerebrales importantes para la cognición, la reflexión y la regulación de las emociones, con las consiguientes repercusiones en el trabajo escolar, las relaciones y los trastornos de ansiedad.
Ciertamente, el consumo no tiene los mismos efectos en todos. Pero, en general, es importante la detección precoz y el acceso a los cuidados, la información al público en general y a los profesionales de primera línea, sean o no sanitarios, y las decisiones políticas con respecto al uso y acceso al cannabis, particularmente para personas de 16 a 25 años. En conclusión, los científicos estiman que “una quinta parte de los casos de esquizofrenia entre varones jóvenes podría prevenirse evitando el consumo de cannabis”.