La cosecha de este verano en China ha supuesto un récord con 114,1 millones de toneladas de cereales, superando en 7,2 millones la del año pasado, que también señaló un máximo (ver servicio 11/96). Estos datos desacreditan las previsiones del Worldwatch Institute que viene anunciando una inminente crisis alimentaria a nivel mundial por el déficit de cereales en China.
El instituto estadounidense, que preside Lester Brown, afirmaba en su informe La situación en el mundo en 1995 que en China se iba a producir un aumento en la demanda de cereales por parte de la población, lo que, unido a una reducción en la extensión de tierras cultivables y al desvío de aguas de regadío a usos industriales, conduciría a un creciente déficit de estos productos. En cambio, los hechos son muy distintos: tanto la cosecha global del año pasado como la de este verano han supuesto nuevos aumentos.
Según ha manifestado Chen Jinhua -ministro de la Comisión de Planificación Estatal- a la agencia oficial de noticias Xinhua, el incremento se ha conseguido tras haber dedicado al cultivo 660.000 hectáreas más de terreno, en especial 77.300 hectáreas en las que se cosechó arroz temprano. Una creciente inversión en el sector agrícola y la elevación en el precio de venta del grano han servido de estímulo para que los campesinos aumentaran la producción.
Esto se ha conseguido a pesar de que las fuertes lluvias y las inundaciones en las mayores provincias productoras de arroz en China central, han perjudicado gravemente a las plantaciones de arroz temprano. Estos datos de la recolección de los meses estivales presagian que la cosecha anual de 1996 puede superar a la del año pasado, siempre y cuando no se produzca alguna catástrofe natural antes de que termine la temporada.