En Indonesia, donde, según cifras oficiales, hay 25 millones de pobres (12,5% de la población), el gobierno se ha propuesto reducir las diferencias sociales. La campaña gubernamental ha llevado a 79 empresas importantes del país a reforzar su programa de ayuda a empresas más pequeñas.
Esas grandes empresas ya venían colaborando con negocios menores y cooperativas. Lo nuevo es que han creado un equipo que coordina las actividades de cooperación con las empresas pequeñas, y que reexaminará las actuales ayudas directivas y técnicas, así como los préstamos de bajo interés.
No es la primera vez que empresas mayores se asocian para ayudar a las pequeñas. Hace dos años, 48 grandes empresarios formaron el Jimbaran Group, que dice haber invertido en 1996 más de 880 millones de dólares en programas de cooperación con pequeñas y medianas empresas.
Las grandes compañías han anunciado también que se plegarán a un discutido decreto presidencial de diciembre pasado por el cual las personas y empresas con ingresos anuales superiores a los 100 millones de rupias pagarían el 2% de sus ingresos netos para programas de asistencia a pobres. Unas 11.000 personas, físicas y jurídicas, entrarían en el cómputo.
En varias ciudades indonesias se han celebrado manifestaciones cuyo principal desencadenante es la desigualdad económica. El presidente Suharto ha amenazado a los ciudadanos más ricos que no quieren colaborar en programas asistenciales del gobierno con poner señales en sus casas para avergonzarles.