El 25 de septiembre, el cardenal Tarcisio Bertone –secretario de Estado del Vaticano– recibe el IV Premio Internacional Conde de Barcelona en reconocimiento por la labor social que realiza la Iglesia católica en favor de los más afectados por la crisis. El galardón llega una semana después de que Cáritas haya presentado un informe en el que alerta que la pobreza en España afecta a un creciente número de personas y por más tiempo.
“Cáritas es aplaudida por todos: laicistas y creyentes, integristas y modernos. No son pocos, sin embargo, especialmente en Catalunya, los que, en sesgada visión ideológica, mientras aplauden a Càritas, condenan sin paliativos a la Iglesia católica. No es posible segregar la valoración que la Iglesia merece de la valoración que merece Càritas, pues es obra de aquella”. Con este razonamiento justificaba un editorial de La Vanguardia la concesión a Bertone del IV Premio Internacional Conde de Barcelona, que promueve el Grupo Godó. “Sin la aportación del catolicismo, las consecuencias del malestar económico serían infinitamente más dramáticas en España, Portugal e Italia (los estados europeos más castigados por la crisis)”.
El séptimo informe del Observatorio de la Realidad Social elaborado por Cáritas se basa en la información aportada por cerca del 90% de los servicios de acogida y asistencia de esta institución. Desde 2007 se ha multiplicado casi por tres el número de personas atendidas por Cáritas, que en 2011 superó la cifra de 1.015.000. Según el informe, las causas principales de este incremento son un proceso sostenido de destrucción de empleo y la reducción de las ayudas de protección social.
Entre 2007 y 2010 Cáritas ha duplicado la inversión en ayudas económicas directas, alcanzando cerca de 33 millones de euros en 2011. Alimentación, vestido y vivienda son las necesidades más demandadas, seguidas de gastos sanitarios y asuntos legales. A las ayudas económicas (cerca de 700.000 respuestas en 2011), hay que añadir otras formas de ayuda como saber escuchar al que pide ayuda.
En 2011 Cáritas atendió a más de 1.015.000 personas
El rostro de la crisis
El informe destaca el elevado número de desempleados que han pasado de ser “recientes” –al inicio de la crisis– a ser de larga duración, puesto que llevan más de un año buscando empleo.
Otros grupos que se han visto muy afectados por la crisis son las parejas jóvenes (de 20 a 40 años) con hijos, así como mujeres solas con familiares a cargo. Las parejas con hijos suponen el 40% de las personas atendidas por Cáritas, y las familias monoparentales el 18%.
5 de cada 10 personas acogidas por Cáritas en 2011 fueron inmigrantes. Un tercio de ellos estaban en situación irregular, en muchos casos sobrevenida a consecuencia de la crisis. Esta institución atiende cada año a unas 130.000 personas en situación de irregularidad.
Un tercio de las personas que piden ayuda a Cáritas no tienen ingresos; menos de un tercio de las personas en paro que acuden a esta institución cobra prestaciones por desempleo; y menos de un tercio cobra algún tipo de Renta Mínima o Básica.
El tiempo medio que transcurre entre la entrevista inicial y la respuesta efectiva por parte de Cáritas es de 6 días
Crece la pobreza, pero no la ayuda pública
A continuación, el informe de Cáritas pasa a denunciar una serie de cambios estructurales que está introduciendo la crisis económica en la sociedad española. Uno de ellos es el incremento de la desigualdad y de la pobreza, acumulada ahora en una cuarta parte de la población española: el número de hogares con dificultades para llegar a fin de mes ha pasado del 26,8% en 2007 al 30,6% en 2010. Y el número de hogares sin ingresos ha pasado de 2,12% en 2007 al 3,35% en 2010.
A Cáritas le preocupa especialmente que, mientras la pobreza está creciendo, la capacidad protectora del sistema público se está encogiendo. Por un lado, constata que se consolida una desigualdad territorial: las situaciones, las cuantías, los plazos y los criterios de acceso son muy diferentes entre unas Comunidades Autónomas y otras.
Por otro, el modelo de prestaciones públicas de carácter autonómico y municipal ha sufrido un deterioro en los últimos cuatro años (2008-2011) debido principalmente a lo que el informe califica de tres rémoras: el endurecimiento de los requisitos de acceso a las ayudas; los retrasos en la tramitación; y la reducción o supresión de las ayudas de los fondos públicos a los que Cáritas accedía.
Respecto a los retrasos en la tramitación, llama la atención el contraste entre la eficacia de los servicios sociales públicos y Cáritas. El tiempo para concertar una primera cita en los primeros es como media de 24 días, mientras que en los servicios de acogida y asistencia de Cáritas este tiempo es de 5 días. Y el tiempo medio que transcurre entre la entrevista inicial y la respuesta efectiva en los servicios sociales públicos es de 65 días, mientras que en Cáritas este tiempo es de 6 días.