En 2012, las remuneraciones de los asalariados supusieron el 45,7% del PIB español, mientras que las rentas empresariales (excedente de explotación bruto) ascendieron al 45,1%, según los últimos datos publicados por el INE. Pero en el cuarto trimestre del año, las rentas salariales perdieron el primer puesto, al bajar al 44,2%, mientras que los excedentes de las empresas crecieron hasta el 46,1%. Los impuestos a la producción y las importaciones, con una cuota del 9%, completan la distribución del PIB.
El excedente empresarial incluye los beneficios de las empresas, el dinero ahorrado por las compañías para invertir y los intereses generados por el capital, pero también las rentas de los trabajadores autónomos. Así que el aumento del excedente empresarial refleja también el paso del trabajo asalariado al empleo autónomo.
La remuneración de los asalariados, principal recurso de los hogares, ha caído un 5,4% en 2012, con una pérdida de empleo equivalente a 805.000 puestos de trabajo a tiempo completo.
La caída del PIB en un 1,2% en 2012 influye también en el menor peso de las rentas salariales.