Aunque los funcionarios tienen más seguro su empleo en tiempos de crisis, los déficits de las arcas públicas les empiezan a afectar en forma de días de descanso no remunerados y suspensión de servicios.
Los recortes de jornada o las vacaciones forzosas sin remuneración se han venido convirtiendo en la fórmula de compromiso para que las empresas puedan reducir gastos sin recurrir a los despidos masivos (cf. Aceprensa. 22-07-2009). No parece que los funcionarios, habitualmente preservados de estas variaciones en el estatus laboral, puedan permanecer a salvo de unas medidas que la crisis ha extendido al sector público ya en varias partes del mundo.
EE.UU.: suspensión de servicios
En Estados Unidos, Chicago suspendió a mediados de agosto los…
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