En un discurso pronunciado en 1985, titulado “Las humanidades en pie de guerra: la Universidad en crisis”, Ernest Gombrich recordaba las escuetas líneas con las que quedaba perfilado lo que se esperaba de él, cuando firmó su contrato de lector en la Universidad de Londres: “hacer todo lo que esté en sus manos para promover, por medio de la investigación o de cualquier otro modo, el avance de su especialidad”. En esas breves palabras quedaba sobriamente registrado el cometido que define la profesión académica.
Cabe observar que ya a lo largo de sus primeros años de vida académica Martha Nussbaum, recientemente galardonada con el premio príncipe de Asturias, cumplió sobradamente este objetivo: ahí están sus trabajos eruditos sobre el De Motu …
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