Las vacas sagradas de los monopolios públicos siguen cayendo en todo el mundo. Brasil acaba de sumarse a esta tendencia. Además de luchar contra la inflación, el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, elegido en octubre del año pasado, está decidido a terminar con el monopolio estatal en algunos sectores de la economía. Los primeros ejemplos han sido las telecomunicaciones y el petróleo.
En la primera semana de junio el Congreso aprobó -en primera vuelta y por mayorías superiores a la requerida (60%)-, las enmiendas constitucionales que permitirán a empresas privadas nacionales o extranjeras explotar las telecomunicaciones y el petróleo nacionales. No obstante, para concluir definitivamente con el monopolio de esos sectore…
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