Aunque durante la crisis los pensionistas españoles salieron mejor librados que los asalariados, ya el año pasado perdieron poder adquisitivo, y no cabe esperar que las revalorizaciones futuras mejoren la situación. Surge así la movilización a favor de “blindar las pensiones”. Pero hay que plantearse si esto es realista en un panorama de envejecimiento demográfico e insuficientes trabajadores que coticen. Preguntamos a Antonio Moreno Ibáñez, profesor de Economía y Finanzas en la Universidad de Navarra, doctor por la Columbia University.
Al llegar a los 65 años, un español tiene por delante una esperanza de vida de 21 años más. Según la reforma de 2011, la edad de jubilación se está elevando de los 65,3 años actuales a los 67 años en 2027. Esta subida aún queda por debajo de la proyectada en otros países.
— Para que el sistema de pensiones sea sostenible, ¿habrá que trabajar aún más años en el futuro o implantar más rápidamente la subida hasta los 67 años? ¿Se puede prolongar la permanencia en el mercado laboral quitando las restricciones actuales a la compatibilización entre cobro de la pensión y trabajo?
“La inmigración puede ayudar a la sostenibilidad de las pensiones pero no deberíamos depender de esta variable, que es muy oscilante”
— Las tres alternativas mitigarían el problema de la financiación de las pensiones –aumentarían la base de financiación–, pero a mi entender no son soluciones suficientes para la viabilidad a largo plazo del sistema.
Límites del reparto
— En un sistema de reparto como el nuestro, lo decisivo es que haya suficientes trabajadores activos que financien las pensiones de un creciente número de jubilados. La tasa de actividad está ahora en torno al 59%, así que hay bastante margen de mejora. Para cubrir el déficit de la Seguridad Social ¿será suficiente el aumento del empleo? Un reciente informe del FMI sobre las pensiones en España decía que sería necesario que llegasen 5,5 millones de inmigrantes de aquí a 2050. ¿Cabe esperar que esto se produzca?
— Es importante el aumento del empleo y de la tasa de actividad, pero más importante todavía es que sea un empleo estable y de calidad. ¿Qué ocurriría si sufriéramos una recesión severa en los próximos 20 años? Nuestro mercado laboral es lamentablemente muy volátil –en recesiones se pierde mucho empleo en poco tiempo y luego cuesta varios años volver a tasas de paro cercanas al 10%–. La inmigración puede ayudar a la sostenibilidad de las pensiones – además de tener efectos económicos bastante positivos para el país receptor, según muchos estudios–. Pero no deberíamos depender de esta variable, que es muy oscilante, en función del ciclo económico. Considero que los dos factores clave que habría que fomentar –y que dependen más de nosotros– son la natalidad y la estabilidad del mercado de trabajo.
— Las últimas reformas han ido dirigidas a frenar los gastos del sistema. El Índice de Revalorización de Pensiones estableció que no se actualizarían anualmente en función de la inflación, sino de la posición financiera del sistema. El Factor de Sostenibilidad, que entrará en vigor en 2019, liga la pensión inicial a la esperanza de vida, lo que también supondrá una rebaja. Sin embargo, ahora hay partidos políticos que propugnan “blindar las pensiones”. ¿Es esto posible o una mera ilusión?
— De nuevo, la revalorización de las pensiones va en la dirección correcta, pero es insuficiente. “Blindar las pensiones” requiere políticas de más calado.
Complemento de pensiones privadas
— Ante la perspectiva de que la pensión pública va a perder poder adquisitivo, tanto el FMI como la OCDE recomiendan complementar la pensión pública con planes de pensión privados. ¿Cómo estamos a este respecto en España? ¿Los sueldos actuales permiten hacer este ahorro?
“No podemos tener al mismo tiempo pensiones públicas generosas, natalidad insuficiente y mercado laboral volátil”
— Es deseable la colaboración público- privada en este ámbito. Pero, para una gran parte de la población –sobre todo los jóvenes– es difícil ahorrar con sueldos como los actuales. En 2016 el ahorro destinado a fondos de pensiones y seguros por parte de los españoles era de los menores de Europa (15,9% de todo su ahorro, según datos de INVERCO), lo cual –adicionalmente– refleja que los españoles no nos hemos concienciado del problema de las pensiones. Pasar de un sistema de reparto a un sistema de cuentas nocionales, donde se combinaría ahorro público y privado, sería positivo. El sistema de cuentas nocionales sería también más transparente, pues cada trabajador iría observando las cotizaciones de toda su vida laboral en su propia cuenta virtual.
— Con una visión a largo plazo, ¿no habría que fomentar también la natalidad para que en el futuro hubiera más activos por jubilado?
— Sin duda, habría que dar incentivos para mejorar la natalidad, y así garantizar las pensiones en el largo plazo. Hay países que lo han hecho, como Francia, y ha ayudado a tener tasas de natalidad más altas. Ahora mismo los incentivos económicos en nuestro país están al revés. “Compensa” no tener hijos y que me financien en el futuro los hijos de otros. Y es una pena, porque pienso que muchas familias querrían tener más hijos; por eso habría que potenciar decididamente medidas fiscales incentivadoras de la natalidad y medidas de conciliación laboral, entre otras propuestas.
La trinidad imposible
— En el debate actual se habla de proteger las pensiones de los que ya las están cobrando. Pero los que van a sufrir más problemas son los trabajadores jóvenes, que tienen un mayor riesgo de carreras intermitentes, una jubilación más tardía, una tasa de sustitución más baja… ¿Cómo asegurar la equidad intergeneracional del sistema de pensiones?
— Garantizando la sostenibilidad: más cotizantes, con trabajos más estables y salarios razonables –una mayor productividad económica también juega en este sentido un papel relevante–.
— Algunos proponen crear un nuevo impuesto específico para financiar las pensiones o trasladar algunas partidas a los Presupuestos Generales del Estado. ¿Puede ser esto una solución o solo un modo de cambiar de sitio el problema?
— No soy partidario, ni tampoco de gravar a un determinado sector económico arbitrariamente para financiar las pensiones. Hay una trinidad imposible de la que no podemos escapar: no podemos tener al mismo tiempo pensiones públicas generosas, natalidad insuficiente y mercado laboral volátil. En el mejor de los casos, solo puedes tener dos de estas simultáneamente, y como sociedad deberíamos darnos cuenta de que es muy arriesgado ahora mismo descuidar tanto la natalidad como el mercado laboral. Habría que potenciar más la natalidad y un mercado de trabajo estable –también a través de una mejora en la educación– para aspirar a garantizar las pensiones.
Serial “El futuro de las pensiones”
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