Tras la matanza a tiros del 2 de diciembre en San Bernardino (California), la peor de este año y que ha resultado ser un acto de terrorismo, muchos se preguntan con qué frecuencia se dan estos crímenes en Estados Unidos, y si van a más. No hay respuesta exacta, pero algunos recuentos dan una idea de cuántas hay, aunque no permiten saber si aumentan o disminuyen.
(Actualizado el 10-12-2015)
Los únicos datos oficiales son del Congressional Research Service, que cuenta solo las agresiones con al menos cuatro víctimas mortales. En un informe reciente, da una media de 22,4 anuales de 2009 a 2013, y 20,2 en el quinquenio anterior.
Pero, como dice James Alan Fox, un criminólogo consultado por el New York Times, el aumento es solo aparente. Si se añaden los datos de 2014 y se consideran cuadrienios en vez de quinquenios, resulta que en 2011-2014 hubo un descenso con respecto al periodo anterior. O sea, la media sube o baja según qué periodos se consideren. Así ocurre con los fenómenos poco frecuentes desde el punto de vista estadístico: es difícil reconocer la tendencia porque las oscilaciones son muy grandes en comparación con el número de casos por periodo. Fox cree que no ha habido aumento real de matanzas: lo que ha crecido mucho es la información sobre ellas, y por eso la gente tiene la impresión de que son cada vez más.
Hay otros dos registros de agresiones con múltiples víctimas: shootingtracker.com y gunviolencearchive.org. No son oficiales, se basan en informaciones de los medios de comunicación y usan un criterio más lato, pues cuentan los tiroteos con algún herido entre las por menos cuatro víctimas. De estos ha habido 354 en los 336 días de 2015 transcurridos hasta ayer: algo más de uno diario, por término medio. En total han causado 462 muertos y 1.314 heridos.
De tales episodios, el público nacional o internacional solo se entera de los más cruentos. Pero también los otros hacen, en conjunto, muchas víctimas. A título de ejemplo, el Times menciona casos recientes poco conocidos fuera del ámbito en que sucedieron. En noviembre, cinco personas fueron muertas y una herida en un camping de Texas; dos niños de pocos meses y otras dos personas murieron en un episodio de violencia doméstica en Jacksonville (Florida); 17 fueron heridas a tiros en Nueva Orleans. Esta misma semana, antes de la matanza de San Bernardino (14 muertos y 21 heridos), hubo cinco heridos en Kankakee (Illinois), y un muerto y tres heridos en Savannah (Georgia).
Los dos registros no oficiales no permiten saber si las matanzas suben o bajan, porque sus datos no se remontan más allá de unos pocos años.
Otro estudio, de la organización Everytown for Gun Safety, sobre los casos contados por el Congressional Research Service, revela que la mayoría de las muertes ocurren en episodios poco difundidos, y que tampoco la mayoría de los agresores son como los fanáticos o dementes que actúan en las matanzas más conocidas. El 57% de los casos fueron de violencia doméstica. Más de dos tercios tuvieron lugar en domicilios privados, frente al 28% en lugares públicos. Solo el 11% de los agresores tenían síntomas de trastorno mental. Más del 60% poseían armas legalmente.
En todo caso, las matanzas con cuatro o más víctimas son una pequeña parte de la violencia con armas de fuego que hay en Estados Unidos, que deja una media de 88 muertos diarios.