Amsterdam. Con una enmienda a la ley de matrimonio civil, el Parlamento de Holanda ha decidido permitir que las parejas homosexuales se casen y adopten niños holandeses. La reforma, aprobada por 109 votos a favor y 37 en contra en la Segunda Cámara (Congreso), tendrá que ser ratificada por la Primera Cámara (Senado) para que entre en vigor.
En 1999, el Consejo de Estado entregó al gobierno un dictamen negativo sobre la posibilidad de matrimonio entre personas del mismo sexo, y otro más radicalmente negativo sobre la posibilidad de que las parejas homosexuales adoptasen niños. Tales consejos no disuadieron al gobierno -coalición de socialdemócratas y liberales- de tramitar la enmienda de ley.
El debate que precedió a la votación fue seguido por la prensa y la sociedad en general sin oposición ni resistencia de peso. El deterioro moral, el afán de complacer e incluso tener a gala ser país piloto en este tipo de iniciativas se reflejan en el respaldo que ha tenido la enmienda en la Segunda Cámara. La Conferencia Episcopal publicó una carta en que reafirmaba que el matrimonio es, por naturaleza, un vínculo entre hombre y mujer. También recordaba que la Iglesia no puede bendecir otro tipo de uniones. Otras voces en la misma línea vinieron de algunas Iglesias protestantes y partidos confesionales.
Ya en 1998 Holanda había adoptado un tipo de contrato de convivencia con el que parejas de homosexuales pueden registrarse en los ayuntamientos (ver servicio 4/98). Este contrato era lo más parecido al matrimonio respecto a efectos fiscales, derechos de herencia y posibilidades de adopción. Este registro de parejas de hecho, del que han hecho uso tanto homosexuales como heterosexuales, seguirá existiendo. Pero la presión ha seguido hasta lograr modificar la ley del matrimonio, por su valor simbólico. El cambio principal con la situación anterior será más bien el divorcio de homosexuales, pues el matrimonio solo puede ser disuelto por un juez.
La apertura del matrimonio a parejas del mismo sexo también permite adoptar a niños holandeses. No incluye la adopción de niños extranjeros, debido a lo estipulado en los tratados internacionales, explica el gobierno. El Ministerio de Justicia afirma que la ley afecta a algunas decenas de niños holandeses al año, mientras que las adopciones internacionales oscilan entre 750 y 1.000. Con los que otros se preguntan qué falta hacía este cambio.
La enmienda tampoco reconoce el derecho de filiación a uno de los contrayentes sobre el hijo del otro. Lo cual no deja de ser óbice para que el partido de los verdes y los liberales sigan insistiendo para intentar que dos madres tengan derecho a un mismo hijo.
Problemas de Derecho Internacional Privado
El mismo día de la votación, 12 de septiembre, todos los parlamentarios recibieron un e-mail de Marriage Law Project, en el que 80 catedráticos de Derecho de todo el mundo les desaconsejaban apoyar la enmienda de ley. La iniciativa fue coordinada por la Columbus School of Law, organización inscrita en la Catholic University of America, y trataba de disuadir a los políticos argumentando: «Una nueva definición del matrimonio acarreará una confusión moral, social y legal ilimitada, de la que serán víctimas las familias y sus hijos, en el futuro, y con ellos la sociedad entera. (…) Los que suscribimos este documento queremos recordar al Parlamento holandés que, con nosotros, muchos juristas apoyan el matrimonio como contrato entre hombre y mujer. En esta línea representamos la convicción y la praxis de la inmensa mayoría de la humanidad. Ningún país es una isla. Las consecuencias serán funestas no solo para Europa, sino también para cada país del mundo».
André Nuytinck, catedrático de Derecho de Familia en la Universidad de Nimega, evalúa la decisión holandesa en los siguientes términos: «Con la aprobación del matrimonio entre homosexuales, se ha devaluado el matrimonio civil. Para los cristianos, es más riguroso y consecuente optar por el matrimonio religioso». Hasta ahora, en Holanda es obligatorio casarse en el ayuntamiento antes de la ceremonia religiosa. Según Nuytinck, esta regulación desaparecerá. Además, el catedrático asegura que ningún país con sentido común reconocerá este matrimonio con todas las consecuencias para el Derecho privado que se seguirán de ello: «Desde el punto de vista del Derecho internacional privado, Holanda lo va a pagar».
La enmienda de ley tiene que pasar todavía por el Senado, que el 26 de septiembre decidirá qué proceso de debate seguir. El profesor Nuytinck prevé «un debate tenso con un mínimo de diferencias de opinión. Después será importante lo que haga la reina Beatriz, que está abiertamente en contra del matrimonio entre homosexuales».
Carmen Montón