A efectos prácticos, en el Reino Unido la Ley de Uniones Civiles, de 2004, otorga a las parejas de hecho, del sexo que sean, los mismos derechos y algunas de las obligaciones reconocidas al matrimonio. Pero dos profesoras universitarias británicas, «casadas» en Canadá, consideran que esta ley las discrimina, al no declararlas esposas. El juez Mark Potter, a cargo de la División de Familia de la High Court -parte del Tribunal Supremo para Inglaterra y Gales-, pidió más tiempo a mediados de junio, consciente de la trascendencia de su decisión, dado que el sistema legal anglosajón es producto de los fallos judiciales en mucha mayor medida que en los países que han tomado como modelo a la Europa continental.
Potter se ha negado finalmente a atender la demanda, al no encontrar argumentos que sustenten una «violación de derechos humanos» o un caso de «discriminación». En la sentencia, afirma que «otorgar a las relaciones del mismo sexo el título y estatus del matrimonio» contravendría la Convención Europea de Derechos Humanos y «no reconocería la evidencia física». El sexo, en otras palabras, importa y mucho en la definición del matrimonio, y «existe desde hace mucho tiempo la definición y aceptación del matrimonio» como «una institución ancestral destinada a apoyar la monogamia y la procreación en una unidad familiar en la que la influencia paterna y materna sean posibles». Añade el juez Potter que «la creencia en que esta forma de relación es la que mejor promueve la estabilidad en una sociedad bien regulada no es una noción desfasada que se base en ideas de exclusividad, marginalización, desaprobación o discriminación contra los homosexuales».
El juez recuerda a la pareja de lesbianas que pueden recurrir la sentencia a la Corte de Apelaciones. Las dos profesoras responden, según recoge el «International Herald Tribune» (1-08-2006), que han agotado sus ahorros y carecen de medios para continuar con el litigio. No menciona la nota periodística que las organizaciones Liberty y OutRage! se han hecho cargo de los costes de la defensa.
Como reconoció hace unos meses uno de los abogados de la defensa, no están en juego los derechos de dos señoras, sino la definición del matrimonio en el Reino Unido: «¿Es la heterosexualidad un requisito previo para el matrimonio? ¿Son los términos homosexual y matrimonio incompatibles?» El juez Mark Potter ha respondido que sí.