Cada año mueren en el mundo más personas por suicidio que por accidentes de tráfico o por conflictos bélicos. En 1998, se estimaba que un 1,8% del total de muertes se debían a suicidios. Según las tasas actuales, se estima que en este año se suicidará un millón de personas, mientras que las tentativas oscilarán entre 10 y 20 millones. Cifras que justifican que se considere el suicidio un problema grave de salud pública, y como tal ha sido estudiado en el congreso de la Asociación Mundial de Psiquiatría, celebrado del 26 al 30 de junio.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre 1950 y 1995 las tasas medias anuales de suicidios han aumentado de 10,1 a 16 por 100.000 habitantes. Otro cambio significativo es que, mientras antes el suicidio se daba fundamentalmente entre personas de edad avanzada, ahora se ha convertido en una de las tres principales causas de muerte entre los de 15 a 35 años. Según la OMS, el 90% de los casos se deben a problemas mentales (particularmente la depresión) y a la drogadicción.
La gente es más proclive al suicidio en los países ex comunistas, y las tasas han crecido allí desde la caída del comunismo. Pero no en todos. Las tasas más elevadas y en crecimiento se dan en los países bálticos y en Rusia. Las causas más evidentes parecen ser el trauma del cambio social y económico, con el paro, la desvalorización de las pensiones y la quiebra de la sanidad, todo lo cual contribuye al alcoholismo y la depresión. Sin embargo, los bálticos no están tan mal económicamente como los caucásicos -Georgia, Azerbaiyán, Armenia-, cuyas tasas de suicidio están entre las más bajas del mundo (aunque las estadísticas que proporcionan a la OMS pueden ser dudosas).
¿Influye el clima? En Europa, países nórdicos con largos inviernos oscuros (Finlandia, países bálticos) tienen altas tasas de suicidio, mientras que países mediterráneos (España, Italia, Portugal, Grecia) están entre los más apegados a la alegría de vivir. En América, también las tasas de suicidio del Norte rico (EE.UU., Canadá) duplican o triplican, según los casos, a las de los países latinoamericanos.
Las tasas de suicidio son muy superiores entre los hombres que entre las mujeres en todos los sitios, excepto en China (14,3 para los hombres frente a 17,9 para las mujeres).
La importancia del fenómeno del suicidio, y especialmente el aumento entre los jóvenes, ha llevado a diversos países a tomar medidas preventivas. Estos programas van dirigidos a la formación de personal médico, una atención más cercana a las personas que han intentado suicidarse y un seguimiento de los grupos de riesgo, sobre todo en ambientes penitenciarios. La OMS acaba de publicar unas guías preventivas dirigidas a médicos, profesores y personal penitenciario.