A menudo las estadísticas se utilizan para llamar la atención y recabar el apoyo del público para buenas causas. La desigualdad y la lucha contra la pobreza es una de ellas. Se trata de un tema importante, pero también un tema sobre el que hay muchas ideas preconcebidas y en el que la indignación puede desfigurar la realidad. Tim Harford analiza un caso de este tipo en su libro 10 reglas para comprender el mundo.
En enero de 2014, la ONG británica Oxfam publicó un informe que dio origen a titulares de prensa, por ejemplo, en The Guardian: “Las 85 personas más ricas del mundo tienen tanto dinero como la mitad más pobre de la población mundial”. El “hecho brutal” logró atraer la atención informativa y provocar muchos titulares.
El informe de Oxfam pretendía medir la riqueza neta, es decir, activos como viviendas, acciones, dinero en efectivo en cuentas bancarias… descontando las deudas. Los cálculos de Oxfam tomaron las mejores estimaciones disponibles de la riqueza neta total de los multimillonarios (según las informaciones de una lista de ricos de un diario) y la compararon con las mejores estimaciones disponibles sobre la riqueza neta total de la mitad más pobre del mundo (a partir de los cálculos publicados por el banco Crédit Suisse). Descubrieron que los 85 personajes más acaudalados tenían una riqueza superior a la mitad más pobre del mundo (unos 2.400 millones de adultos).
Los 500 millones de personas más ricas del mundo tienen casi toda la riqueza del planeta, y los siguientes mil millones poseen el resto
¿Qué quiere decir esto? La riqueza neta es una forma efectiva de medir a los ricos, pero funciona peor para medir a los pobres. Si un joven acaba de terminar la carrera de Medicina, y ha pedido prestados cien mil dólares para pagarse los estudios, su riqueza neta está por debajo de cero. Pero aunque esté endeudado hasta el cuello, es posible que tenga mejores expectativas que un joven granjero que explota un pequeño terreno, aunque la riqueza neta de este sea positiva.
Los 500 millones más ricos
Para arrojar más luz sobre esta cuestión, Tim Harford analiza algunas cifras del Global Wealth Report del Crédit Suisse (edición 2018).
— 42 millones de personas tienen cada una más de un millón de dólares. En conjunto poseen unos 142 billones. Unos pocos son multimillonarios, pero la mayoría no. Casi un 1% de la población adulta mundial entra en este grupo.
— 436 millones de personas, con más de 100.000 dólares pero menos de un millón, poseen colectivamente otros 125 billones. Casi el 10% de la población adulta mundial pertenece a este grupo.
Estos dos grupos, en conjunto, poseen la mayor parte de la riqueza.
— Otros 1.000 millones de personas poseen entre 10.000 y 100.000 dólares. En conjunto poseen 4 billones de dólares.
— Los 3.200 millones de personas restantes poseen, de media, menos de 2.000 dólares por cabeza, y la mayoría de ellas tienen mucho menos de esa media. En conjunto, suman 6,2 billones.
A grandes rasgos, los 500 millones de personas más ricas del mundo tienen casi toda la riqueza del planeta, y los siguientes mil millones prácticamente poseen el resto. El puñado de 85 multimillonarios poseen menos del 1% de este total.
Todo esto, según Harford, es mucho más ilustrativo sobre el reparto de la riqueza que la comparación entre el puñado de supermillonarios y la mitad más pobre del mundo.