A propósito del desmayo sufrido por el presidente francés Nicolas Sarkozy mientras corría, Enrique García-Máiquez ironiza en Diario de Cádiz (29-07-2009) sobre la a veces exagerada preocupación por mantenerse en buena forma.
“La obsesión por el deporte perjudica gravemente a la salud”, escribe el articulista. Sobre todo a edad madura, la práctica deportiva motiva la mayor parte de las visitas al traumatólogo.
García-Máiquez no niega que un ejercicio moderado, acorde con la edad que uno tenga, es beneficioso. El peligro está en el “fundamentalismo deportivo”, que es una muestra del “culto al cuerpo” tan difundido en nuestros días. A veces parece también haber un deseo, poco realista, de prolongar la juventud.
Pero “no se puede vivir impunemente en los quince años. Sarkozy lo intenta, siendo el líder de la clase, el más hiperactivo de la cancha y el novio de la guapa del instituto, la que, además, toca la guitarra y tiene fama de malota. Por suerte, sólo le ha dado una lipotimia, que es lo menos que le podía haber entrado”.