Homosexualidad

En la revista australiana Perspective (octubre 1994), Sean O'Bannon recoge algunos argumentos contrarios a la tesis de que existen derechos específicos de los homosexuales.
En una carta publicada en New Zealandia (junio 1994), una revista católica neozelandesa, Noel B. Mosen presenta su testimonio personal como ex homosexual. Mosen replica a otras cartas, aparecidas en un número anterior de la revista, en las que se defendía que la homosexualidad es una tendencia tan buena como la contraria, natural -debida a factores genéticos-, que no se debe intentar cambiar.
Jacques Henripin, el más conocido demógrafo de Quebec, comenta en La Presse (Montreal, 31-III-94) la pretensión de algunas parejas de homosexuales de ser consideradas como una familia y de ser asimiladas al matrimonio a efectos de pensión de viudedad.
La homosexualidad se puede superar con la oportuna terapia: así lo explica el psicólogo holandés Gerard van der Aardweg, sobre la base de su experiencia clínica.
El Papa ha reafirmado que el matrimonio de homosexuales va contra la naturaleza, y el filósofo italiano Gianni Vattimo le ha atacado sosteniendo que las leyes naturales no existen. Saverio Vertone, columnista del Corriere della Sera (3-III-94), ironiza sobre esta respuesta.
Análisis
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Estados Unidos
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El Consejo escolar de la ciudad de Nueva York, presidido por Joseph Fernández, editó el año pasado, dentro de su programa de educación sexual para las escuelas públicas, unos tebeos destinados a dar a conocer la homosexualidad a los niños de seis años, con el propósito declarado de que consideren normal esa tendencia. Joseph Sobran comenta al respecto cómo los grupos defensores de los homosexuales, si bien al principio hablaban en nombre del derecho a la intimidad, han terminado por buscar el poder de adoctrinar a los demás. Recogemos algunos fragmentos de su artículo, publicado en The Human Life Review (Nueva York, 4.º trimestre 1992).
El revuelo que se ha organizado en Estados Unidos sobre la presencia de los homosexuales en el ejército sólo se saldará juiciosamente si se establece que los derechos civiles son de los individuos, no de los grupos, dice The Economist (Londres, 6-II-93) en un editorial.

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