Igualdad

Un informe realizado por la Comisión de Movilidad Social y Pobreza Infantil ha provocado un debate interesante sobre la igualdad de oportunidades.
Canadá se está convirtiendo en la nueva tierra de oportunidades, con ingresos medios más altos y mayor movilidad social que EE.UU.
Demócratas y republicanos estadounidenses se preparan para librar la “batalla contra la desigualdad”, tema estrella de las elecciones legislativas de 2014.
Cincuenta años después de la Marcha a Washington contra la discriminación racial, la desintegración familiar es una rémora para el progreso de la población negra.
Desde 2000, la clase media se ha reducido y ha retrocedido en ingresos y patrimonio.
El informe de un académico provoca una polémica sobre el lenguaje sexista: si es admisible usar el masculino para designar hombres y mujeres a la vez.
Pese a lo que dice el lema “Ocupa Wall Street”, la desigualdad de ingresos en Estados Unidos se debe principalmente a la élite de la élite. En su mayoría, los del 1% no son tan ricos como parece indicar su renta media.
Dentro de los países desarrollados la brecha entre los que más ganan y los que menos se ha ido agrandando en los últimos treinta años. Y cuando la economía entra en crisis, resultan más llamativas e irritantes las desigualdades.
Hace diez años, la prestigiosa Escuela de Ciencias Políticas francesa comenzó un experimento, muy observado en el país, para abrirse a alumnos de clase modesta. El resultado es positivo, pero de pequeña magnitud.
Mencionar la herencia genética entre los factores que influyen en el rendimiento escolar se ha convertido en un tabú.
Curiosamente, el proyecto de ley de Igualdad de Trato introduce una política discriminatoria en el régimen de conciertos contra los colegios de enseñanza diferenciada.
Hoy parece de mal tono criticar una ley que promete garantizar “la igualdad de trato y la no discriminación”, como la recién propuesta por el gobierno español. Pero cuando se ve que ya hay toda una legislación al respecto y que la nueva supone una intromisión en terrenos hasta ahora dejados a la libre relación entre particulares, surge la sospecha de que hay truco.
Un selecto club femenino norteamericano, cuya misión es favorecer el ascenso de mujeres a puestos de alta dirección, sería ilegal en España si se aprobara la proyectada ley de Igualdad de Trato.
Una pareja de cristianos es excluida como familia de acogida en el Reino Unido, por no tener una visión positiva de la homosexualidad.
Las críticas más difundidas al proyecto de Ley de Igualdad en Gran Bretaña fueron las expresadas por las Iglesias católica y anglicana. Pero también las empresas, principalmente las pequeñas y medianas, temen que les imponga cargas excesivas y las haga vulnerables a denuncias infundadas.
La separación entre las Iglesias y el Estado se está viendo amenazada hoy día por los intentos de imponer a las organizaciones religiosas políticas de no discriminación o al reconocer como derechos conductas que las Iglesias rechazan.
El proyecto del presidente Nicolas Sarkozy para abordar el asunto de la igualdad de oportunidades entre los variados grupos étnicos que componen la sociedad francesa, ha abierto de nuevo el debate sobre la conveniencia de que los factores raciales sean tomados en cuenta en las estadísticas.
El día en que los estadounidenses eligieron presidente a Barack Obama, también se pronunciaron sobre 153 propuestas sometidas a votación en 36 estados. Se aprobaron las tres que prohíben el matrimonio homosexual y se rechazaron las tres que habrían impuesto restricciones al aborto. Un estado eliminó la discriminación positiva, y otro legalizó el suicidio con cooperación de un médico.
No se puede tener en cuenta la raza de un alumno para decidir si se le da plaza o no en una escuela pública.

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