El último libro de Gloria Steinem
Suele decirse que el feminismo radical es un movimiento en regresión. Incluso se ha afirmado en broma que murió el día que la actriz Jane Fonda se casó con el magnate Ted Turner para convertirse en una simple ama de casa. Lo cierto es que incluso una figura clave de esta ideología radical como la norteamericana Gloria Steinem, se preocupa hoy por la recuperación de la autoestima de la mujer en vez de luchar sólo por cambios sociales. Así se ve en su último libro, Revolución desde dentro (1), ahora traducido al castellano.
Gloria Steinem -nacida en 1934- fundó en 1971 la revista Ms., la «biblia» del feminismo radical, y la dirigió hasta 1988. Su nuevo libro puede resumirse en una tesis principal: la autoestima de las mujeres es condición sine qua non del nuevo feminismo, una revolución desde dentro que se manifestará en cambios sociales cualitativos. La autoestima es, en cierto sentido, un «comodín» aplicable a todo grupo infravalorado (negros, emigrantes, homosexuales…) que desea tener un papel en la sociedad.
Ante esta tesis, algunos se preguntaron si el libro suponía una ruptura de Steinem con su pasado radical. La autora respondió que confiaba en la sensibilidad de los lectores para entender la conexión entre la revolución interior (recuperación de la autoestima) y la exterior (metas feministas radicales).
Un comodín revolucionario
Para explicar el motivo del libro, la autora asegura haber comprobado que muchas mujeres, triunfadoras desde el punto de vista profesional, acudían al psiquiatra con problemas de autoestima.
Es más, Gloria Steinem afirma que el estudio de problemas ajenos de autoestima le llevó a comprender que ella misma se minusvaloraba, aunque aparentaba ser «una de las mujeres más seguras de sí mismas de América». Steinem observó que existían en el mercado libros ligados al movimiento New Age o al psicoanálisis para mejorar internamente la propia valoración. Otras publicaciones se centraban en el estrés, la causa externa de algunos tipos de escasa autoestima. Pero faltaba algo que uniera el problema de la autoestima desde la perspectiva interna y externa.
A su juicio, la autoestima no es una cuestión relegable a la vida personal, familiar o laboral, sino que como «lo personal siempre es político, la autoestima es el fundamento de toda auténtica democracia».
A la hora de estudiar la autoestima, Steinem opta por un estilo experimental y anecdótico. La subvaloración social de lo femenino fue lo habitual en la infancia de la autora: lo ordinario era valorar a los varones por sus acciones y a las mujeres por su físico. Narra las dificultades con que se topó en los años 60, en su etapa de reportera free-lance: era costumbre en los hoteles caros, por ejemplo, no permitir que una mujer no acompañada por un caballero permaneciera en el vestíbulo, aunque estuviera esperando a una persona que debía entrevistar.
A continuación, la autora narra ejemplos reales de problemas de baja autoestima y de su superación, para demostrar que la inseguridad es contagiosa y la confianza también. Pero no todos los ejemplos citados por Gloria Steinem pueden valorarse de manera positiva, aunque ella lo haga. En algunos casos, más bien parece un dejarse llevar por el deseo de superar la insatisfacción aun a costa de olvidar otros compromisos.
Técnicas reparadoras
Con demasiada frecuencia, dice, una conducta adulta de carácter despótico está relacionada con carencias en la autoestima durante la infancia, a veces por falta de atención de los padres. Para curar las heridas traumáticas de la infancia, Steinem propone a las mujeres que «antes de valorarnos como somos, debemos desmitificar los poderes que nos han dictado cómo deberíamos ser».
Un buen punto de partida sería «replantearse la educación recibida y los valores que representa». Un consejo que podría hacer extensivo también a los criterios inculcados por autoras feministas como la propia Steinem, que tanto han influido en la mentalidad de muchas mujeres.
Entre otras muestras de falta de autoestima de la mujer, Steinem considera sintomático que se aprecie tan poco el trabajo doméstico -un argumento llamativo para una feminista radical-; otra minusvaloración se centra en los resultados escolares de las niñas que son superiores a los de su compañeros, aunque luego ellas suelen bajar en la universidad.
¿Qué puede hacer para curarse una mujer con escasa autoestima? Las técnicas «reparadoras» de Steinem son poco novedosas y, en su mayoría, inocuas: son terapias basadas en el desarrollo de aficiones como escribir, cantar, pintar, cuidar plantas y animales o acudir a instituciones de apoyo. Además propone el yoga, la meditación trascendental, técnicas de autohipnosis…
Más adelante, la autora critica con justeza la competitividad de ciertos ambientes profesionales y propone sustituir esa postura por la de aprender cosas nuevas y la alegría de trabajar en equipo.
Aunque algunas recomendaciones de este capítulo son válidas, la autora se muestra favorable en él a la homosexualidad y bisexualidad, y considera las religiones y los fundamentalismos religiosos -sin distinguir- como estamentos represivos.
Piedra filosofal
Steinem distingue correctamente, al hablar de la pareja humana, entre amor romántico y amor estable: el verdadero amor no está ligado a la posesión, sino a la búsqueda del bien del otro. Recomienda con acierto a los lectores varones crecer en sensibilidad cuidando más tiempo a sus hijos pequeños, para mejorar las relaciones en la pareja.
Por lo que se refiere a la sexualidad, Steinem afirma que «una mujer gana cuando decide hacer lo que quiere con su cuerpo», lo que incluye el derecho al aborto. También asegura que los homosexuales y lesbianas son «posiblemente los pioneros del amor en nuestro tiempo» y que sus relaciones, por ser más igualitarias, «podrían servir de ejemplo para las parejas de distinto sexo». Habría que preguntarse por qué son mucho más inestables las parejas homosexuales; tal vez tenga que ver con ese afán posesivo que antes ha criticado como contrario al auténtico amor.
Al final del libro, se propone al lector la búsqueda del «Yo» universal a través de técnicas heredadas del New Age y el conocimiento de las religiones indias y egipcias. Esa es su «religión». Las demás suelen identificar a Dios con lo masculino. Aunque quizá sería más exacto decir que es Gloria Steinem quien aplica a Dios categorías como masculino y femenino, ajenas a la divinidad.
La obra de Gloria Steinem puede decepcionar a más de uno. En sentido positivo, puede destacarse que la autora ha atenuado la «homofobia» típica de las feministas radicales, y procura más bien proporcionar terapias para las «víctimas del machismo». Sin embargo, parece haber descubierto la piedra filosofal al recomendar determinadas actividades manuales y creativas que pueden servir de terapia para personas depresivas, conflictivas o «estresadas». Nada de eso les perjudicará. Lo dudoso es si este cóctel de New Age, sexualidad polimorfa, manualidades y meditación trascendental tiene la suficiente coherencia intelectual. Una cosa es la escasez de autoestima y otra la falta de autocrítica.
Beatriz Comella_________________________(1) Gloria Steinem. Revolución desde dentro. Un libro sobre la autoestima. Anagrama. Barcelona (1995) 472 págs. 2.900 ptas. (T.o.: Revolution from Within. A Book of Self-Esteem).