En el mundo desarrollado hay cada vez más miedo frente a potenciales amenazas y más desconfianza en la capacidad para superarlas. Si en otros momentos se hacía énfasis en la potencia humana, ahora se da por supuesta la fragilidad del individuo. De ahí que la aversión al riesgo y la búsqueda de la seguridad se hayan convertido en tendencias imperantes del mundo de hoy por encima de las ideologías, incluso antes de que apareciera el covid-19.
El coronavirus solo ha contribuido a acentuar y revelar una cultura del miedo que ya estaba en acción desde hace décadas.
No es que el miedo sea una pasión inútil. En ciertas ocasiones puede ser un acto de sabiduría y de responsabilidad para evitar amenazas ciertas; pero en otras, puede favorecer la coba…
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