Los recientes escándalos protagonizados por organizaciones de ayuda internacional pueden tener, entre otros, un motivo profundo: el desconocimiento de los países en los que trabajan y la distancia entre locales y extranjeros, fomentada por el prejuicio del “salvador” en un país “incivilizado”. Acabar con esta mentalidad puede ser el primer paso para que los proyectos de desarrollo sean más eficaces.
Es conveniente pensar en los proyectos como iniciativas de inversión social, en las que el capital invertido debe crear retornos para todos
La cooperación internacional no vive su mejor momento. Con el reciente escándalo de explotación sexual protagonizado por Oxfam y las numerosas acusaciones de sexismo y acoso en otros organismos de ayuda in…
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