La Unión Europea (UE) está sentando las bases para crear un servicio de voluntarios europeos, dirigido a jóvenes de 18 a 25 años. Éstos desarrollarán tareas de voluntariado durante un periodo de 6 meses a 1 año, y se centrarán en zonas o personas más necesitadas de los Estados miembros. Este servicio no sustituirá al militar, ni a prestaciones civiles alternativas a la milicia. De momento, la Comisión europea está desarrollando este año un programa piloto para sacar experiencias.
Con el servicio de voluntarios europeos se pretende reforzar, no sustituir, las actividades que organizan ya los Estados y las organizaciones no gubernamentales. De hecho, la Comisión de la UE estima muy positivo que cada año numerosas organizaciones no gubernamentales de los países de la Unión permitan participar a unos 25.000 jóvenes en tareas nacionales e internacionales de voluntariado.
Pero echa en falta la cooperación multilateral entre los propios países miembros, algo que, por otra parte, avivaría la conciencia de pertenecer a una misma comunidad de Estados. Por eso, la Comisión prevé que las actividades del servicio europeo de voluntarios se organicen para jóvenes europeos y se desarrollen en países de la UE, aunque no excluye que en el futuro el servicio pueda abrirse a terceros países.
Las tareas de voluntariado previstas son variadas: proyectos pedagógicos y culturales; rehabilitación de zonas rurales y urbanas; ayudas a personas mayores, inválidas o sin hogar; protección del medio ambiente; lucha contra la discriminación, etc.
Este servicio de jóvenes voluntarios tendrá que salvar algunos escollos antes de ser realidad. Principalmente, necesita un marco jurídico común que resuelva algunos problemas financieros y fiscales. Para recabar experiencia antes del lanzamiento del servicio, la Comisión está financiando este año un programa piloto de voluntariado con 2.500 jóvenes que trabajan en la UE fuera de sus países natales.
Durante los años 80 la UE trató de promover actividades de voluntariado con países en vías de desarrollo. En 1985 un comité presentó al Consejo europeo, reunido en Milán, la creación de un programa de voluntariado dirigido a los países en desarrollo. Pero lo único que llegó a culminar fue un acuerdo franco-alemán. Después, en 1992, la UE abrió una línea de financiación para promover servicios de voluntariado en el Tercer Mundo y se creó un foro europeo que agrupa a 250 organizaciones, con 12.000 voluntarios, la mayoría adultos.