Un deporte como el fútbol, que interesa a tantos y tiene tanta atención de los medios, parece que debería ser un negocio rentable. Sin embargo, en España hay clubs en concurso de acreedores, morosos con el Fisco y la Seguridad Social, a veces con los jugadores… En otros países también se dan situaciones de este estilo. ¿Estamos ante otra de esas burbujas a punto de estallar?
El 71% de los ingresos se destina por término medio a jugadores, cuando pasar del 60% o 65% pone a los clubes en dificultades financieras
Se lo preguntamos a Ángel Barajas, autor de El valor económico del fútbol. Profesor del Departamento de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Vigo, es investigador del Observatorio Económico del Deporte de España. Pertenece al grupo de investigación SETrg (Sport, Entertainment and Tourism Research Group). Actualmente es el Coordinador del MBA en Deporte por la Universidad de Vigo.
— ¿Qué datos ofrece la UEFA sobre la situación económica de los clubes europeos?
— En el último informe sobre el panorama europeo de los clubes de fútbol, la UEFA ha analizado las finanzas de más de un 90% de los clubes de la máxima categoría en 53 federaciones. Ahí se pone de manifiesto que los ingresos aumentaron desde 12.000 millones de euros en 2009 hasta 12.800 millones en 2010: un 6,6% más. El crecimiento medio de los ingresos durante los últimos 5 años ha sido del 9,1%. Hay que considerar que sólo un 13% de los clubes generan el 67% de los ingresos. Las divisiones que han crecido más en el último ejercicio han sido la rusa, la turca y la ucraniana.
Pero al mismo tiempo, el crecimiento medio de los traspasos netos y salarios ha sido del 14%. El porcentaje medio de gastos salariales representó el 64% de los ingresos en 2010. Si le sumamos el 7% que representan los gastos netos de traspasos, tenemos que el 71% de los ingresos se destina por término medio a jugadores. Pero la situación se percibe más grave si nos fijamos en que 78 clubes europeos de la máxima categoría en sus respectivos países gastan en jugadores más del 100% de sus ingresos y 254 gastan más del 70%.
De 2006 a 2010 las pérdidas han crecido cada año a pesar del aumento continuo de los ingresos
La consecuencia es que desde 2006 a 2010 las pérdidas han aumentado cada año a pesar del aumento continuo de los ingresos. Entre 2008 y 2010 se ha añadido casi mil millones de euros de pérdidas. Además, el 52% de los clubes han experimentado un deterioro de sus balances.
Desangrarse para competir
— ¿A qué se debe el gran endeudamiento de los clubes? ¿Ha habido también aquí una burbuja que va a explotar?
— El endeudamiento de los clubes se explica con bastante sencillez al mirar sus ingresos y sus costes. El esfuerzo que los clubes realizan para competir y obtener buenos resultados en el terreno de juego se traduce en que acaban gastando más de lo que ingresan. Además, cada vez que firman un contrato con televisiones o patrocinadores –habitualmente son plurianuales–, lo emplean como garantía para obtener financiación a fin de fichar jugadores. No suelen considerar los compromisos futuros que adquieren, pues les preocupa la inmediatez del resultado deportivo. A la larga, más ingresos se convierten en mayores gastos, mayores pérdidas, menos tesorería y aumento de la deuda.
Evidentemente, los clubes, en general, han vivido por encima de sus posibilidades, gastando más de lo que son capaces de generar. En ese sentido, hay una burbuja.
— En un sano planteamiento financiero, ¿qué porcentaje de los gastos de un club debe suponer lo dedicado a fichaje y sueldos de jugadores?
— El profesor Stefan Kesenne tiene un modelo en el que demuestra que los gastos en jugadores no deberían exceder del 65% de los ingresos. En general, se puede afirmar que más de un 60 o 65% de los ingresos gastado en jugadores –incluyendo salarios y amortizaciones de los derechos de traspaso– pondría a los clubes en dificultades. Lo malo es que muchos clubes exceden ese nivel. Lo peor es que no es infrecuente que clubes dediquen más del 100% de los ingresos a remunerar a sus jugadores y cuerpo técnico. Así no se va más que a la bancarrota.
El 13% de los clubes generan el 67% de los ingresos, y los menos grandes tienen que hacer un esfuerzo añadido para mantener el nivel competitivo
— La UEFA acaba de aprobar un fair-play financiero, un sistema de control para equilibrar las cuentas de los clubes. ¿Cuáles son sus directrices?
— Muy resumidamente, podríamos decir que la UEFA va a fijarse en cuatro indicadores para garantizar la supervivencia del fútbol en el largo plazo. El primer indicador hace referencia al principio de empresa en funcionamiento, es decir, que no existen razones fundadas sobre que la empresa o club no pueda continuar con su actividad ordinaria; los clubes no pueden tener salvedades en los informes de auditoría en este aspecto. El segundo indicador exige que con sus bienes y derechos puedan cubrir sus deudas y obligaciones. El tercero, y el que más repercusión ha tenido en los medios, es el conocido como “break-even”: exige que no existan déficits por encima de un nivel durante tres años. Finalmente, el cuarto indicador exige que no haya deudas vencidas no atendidas con jugadores, otros clubes y administraciones públicas.
Todo esto con un proceso de adaptación y una constante vigilancia de las finanzas de los clubes, de modo que si no cumplen las condiciones no podrán obtener la licencia UEFA para participar en las competiciones europeas y quedarán descolgados de ellas.
Los estadios no se llenan
— ¿Aumentan los ingresos de los clubes por taquilla? ¿Va más gente al campo?
— Los ingresos por taquilla en los últimos años han sido la segunda corriente de ingresos que menos ha crecido en el conjunto de Europa. Además, en 2010 más ligas (28) han sufrido disminución en este tipo de ingresos que las que han experimento crecimiento (23). Las ligas española, polaca, turca y austriaca están entre las que han visto crecer los ingresos por taquilla.
Más de 101 millones de espectadores han asistido a los campeonatos ligueros en Europa. Aproximadamente 100 clubes tienen una ocupación media de sus estadios por encima del 75%. Esto se produce principalmente en Alemania, Inglaterra y Holanda. La asistencia media a los estadios de Primera División en la temporada 2010-11 en España fue de 28.221 espectadores.
Entre las cinco principales ligas, sólo Inglaterra y Alemania han aumentado la asistencia media a los estadios. En Italia se produjo una reducción del 2,6% en el año 2010. Hay casos peculiares como el de Polonia, que experimentó un crecimiento del 62% en el número de espectadores gracias a la modernización de los estadios, consecuencia de la organización de la Eurocopa de este verano.
— ¿Cabe esperar un aumento de ingresos de los clubes por derechos televisivos o una disminución? ¿Vamos hacia un futuro en el que cada vez más el fútbol por televisión será de pago?
— En el corto plazo, y dada la coyuntura económica actual, no sólo no cabe esperar incremento en los ingresos procedentes de los derechos televisivos sino que incluso podremos ver que algunas operadoras encuentren dificultades para hacer frente a los compromisos que ya tienen. En ese sentido, también pueden peligrar los partidos en abierto.
— La gran diferencia de recursos entre los grandes clubes y los otros ¿no lleva a que los grandes acabarán jugando en una Liga propia en vez de las nacionales?
— Esa diferencia es notable y además obliga a los clubes de menos capacidad económica a hacer sobreesfuerzos para intentar mantener el nivel competitivo. Esto está conduciendo a la ruina al fútbol. Por eso, medidas como la negociación colectiva de derechos, compartir ingresos y limitar los gastos en jugadores serán necesarios para preservar el modelo europeo de deporte, tan ligado a las ciudades, y elementos como los ascensos y descensos. Las ligas nacionales interesan para mantener el acceso a las competiciones internacionales. La UEFA acertó con el formato de la Liga de Campeones para desactivar la amenaza de una “Euroliga” organizada por los clubes. Pero cada día surgen nuevos desafíos para garantizar un fútbol atractivo desde el punto de vista deportivo y del espectáculo que sea viable económicamente.