Durante la pasada década hubo un enorme aumento de las oportunidades de juego de azar en muchos países. Los gobiernos, sedientos de ingresos fáciles, han ignorado las protestas de quienes están preocupados por el coste social de este fenómeno. Pero empiezan a aparecer los primeros signos de una inversión en la política de liberalización del juego, según comenta John Flynn en un artículo de la agencia Zenit.
La provincia canadiense de New Brunswick anunciaba una reducción en el número de terminales de video-loterías. Se cerrarán 650 de las 2.650 terminales existentes.
Según un estudio publicado por el Canadian Journal of Psychiatry, desde que se disparó el juego a finales de los noventa, las consultas por problemas psiquiátricos relacionados con el juego han aumentado un 50%.
En Inglaterra hay señales contradictorias. El gobierno del nuevo primer ministro Gordon Brown desechó cualquier idea de crear lo que se denomina supercasinos. Pero, una reforma de la Ley de Juego permite la creación de más casinos regionales, y desembolsos más grandes en máquinas tragaperras. Se levantará también la prohibición existente de anunciar en televisión y radio oportunidades de juego.
Según un estudio publicado por la firma auditora PriceWaterhouseCoopers, los ingresos de juego mundiales se espera que alcancen los 144.000 millones de dólares en el 2011. Los gobiernos suelen argumentar que los impuestos sobre los ingresos del juego proporcionarán fondos para la educación, la salud y otras necesidades vitales. Sin embargo, un artículo del New York Times (7-10-2007) revelaba que la mayoría del dinero que se consigue en las loterías se usa simplemente para sostener los mismos juegos.
Además, el juego en los casinos trae consigo unos costes sociales significativos. Uno de ellos es el aumento del crimen. The Wall Street Journal (11-06-2007) hacía referencia a un estudio publicado el año pasado en la Review of Economics and Statistics, que mostraba que cerca del 8% del crimen en los condados con casinos está relacionado con la actividad del juego. Tomando en cuenta el conjunto de costes y beneficios de los casinos, el estudio concluía que introducir un casino da como resultado un coste neto para la comunidad local.
Fuente: Zenit.