Feministas francesas han sacado el hacha de guerra contra las normas gramaticales que a su juicio consagran la inferioridad de la mujer. La lengua francesa, como la española, utiliza en plural el masculino para designar a ambos géneros. Frente a esta regla, estas feministas proponen un “lenguaje inclusivo”, que distinga y dé visibilidad al femenino.
El asunto va más allá del uso ya generalizado entre los políticos de dirigirse a “los franceses y las francesas”, como ya hacía el propio De Gaulle. En la escritura, el lenguaje inclusivo exigiría modificar las grafías para utilizar, en vez del término englobante “les députés”, el novedoso “les député.e.s”. O, también, que el adjetivo vaya en concordancia con el sujeto más próximo: “Daniel et Da…
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