Mundo
El último informe anual de la ONG italiana «Nadie toque a Caín» registra casi 1.500 ejecuciones más en 2003 que en 2002. El aumento se debe a China, pues en el resto del mundo la pena de muerte ha retrocedido. En total, se han contado 5.599 ejecuciones el año pasado, al menos 5.000 de ellas (el 90%) en China. Pero el incremento puede no ser real, pues el régimen de Pekín no publica datos oficiales; simplemente, el año pasado emprendió una campaña contra el crimen y dejó que se conocieran más ejecuciones, con fines de ejemplaridad. Después de China figuran Irán (154 ejecuciones, frente a 316 en 2002), Irak (113 hasta abril, cuando se suspendió la pena capital), Vietnam (69), Estados Unidos (65) y Arabia Saudí (52). El año pasado se aplicó la pena de muerte en 29 de los 63 países (tres menos que en 2002) donde sigue en vigor. Hay además otros 32 -africanos en su mayoría- que no la han abolido pero llevan diez o más años sin realizar ejecuciones, y cinco que han impuesto una moratoria. Del resto, 81 la han abolido por completo, 14 la mantienen solo para situaciones de excepción y uno más, Rusia, se dispone a abolirla.