La compatibilización entre trabajo y maternidad es abordada en el mismo libro por Rosario Martín Gutiérrez de Cabiedes, presidenta de Fondos de Inversión Gestinova-BBV. La búsqueda de soluciones la plantea en tres ámbitos: personal, empresarial y social. Y advierte que las referencias a la maternidad deben hacerse extensivas a la paternidad, ya que no se puede excluir a un padre del proyecto vital que supone sacar adelante un hijo.
Entiende que la responsabilidad de la madre trabajadora debe ser plena tanto en el ámbito familiar como en el profesional, de modo que las obligaciones en una de esas facetas no sea una excusa para no cumplir su deber en la otra. Si se produjeran situaciones de incompatibilidad, habría que determinar prioridades, teniendo en cuenta que «en la esfera familiar, el padre y la madre son insustituibles, mientras que en el ámbito laboral cualquier trabajador puede ser sustituido a cualquier nivel. Por lo tanto, si se produjesen situaciones en que la responsabilidad familiar pudiera estar en peligro, entiendo que lógicamente habría que subordinar la labor profesional a la maternidad/paternidad».
Otro punto importante es que «la compatibilización de ambas funciones requiere unas condiciones mínimas de organización personal, entre las que habría que diferenciar las funciones que, en el ámbito doméstico, son delegables y las que no lo son». Esto le lleva a distinguir entre las funciones de madre, de ama de casa, de responsable del hogar.
«Ser madre no significa ser ama de casa. Ser madre no significa ser la ejecutora de los trabajos domésticos. Ser madre significa ser la persona responsable, ante los hijos y ante la familia, del funcionamiento del hogar y de desempeñar personalmente las funciones de madre».
Sin embargo, reconoce que, hoy por hoy, la doble función recae en su mayor parte sobre la mujer. Lo cual hace que el tiempo pase a ser el recurso más escaso. Pero este doble esfuerzo vital está compensado por una doble oportunidad y recompensa vital.
Como criterios que tener en cuenta en el ámbito empresarial, destaca, entre otros, que «hay que evitar obstáculos innecesarios, como los horarios rígidos, o no aprovechar la era de las comunicaciones en que nos encontramos para que en determinadas circunstancias las mujeres puedan realizar parte de su trabajo en casa».
Por otro lado, la empresa no debe abusar de que el trabajador esté «disponible», cuando esto afecta al ámbito familiar. Pues «en muchos casos no es necesario, sino que es un mero problema de organizar creativamente las diversas actividades».
También hay que «ponderar la validez de culturas empresariales excesivamente rígidas, que responden más a estereotipos de conductas típicamente masculinas que a criterios de eficacia en sí mismos».
Finalmente, hay que «contar con cierta flexibilidad para ir introduciendo fórmulas tales como el trabajo a tiempo parcial, el trabajo en casa, la reincorporación laboral de la mujer al cabo de unos años, fórmulas que no tienen por qué atentar contra los principios de eficacia que toda empresa debe necesariamente buscar».
En el ámbito social, los medios que habría que poner al servicio de las mujeres que trabajan son, en primer lugar, infraestructuras. «En España no hay ningún tipo de apoyo para las madres con niños menores de 2 años que, en un momento dado, tienen necesidad de acudir a sistemas públicos de custodia de niños, incluso por unas pocas horas». Igualmente habría que revisar los horarios comerciales.
La valoración social de la maternidad se manifiesta también en las prestaciones familiares, cuyo importe en España es rídículo comparado con el contexto europeo.