Como en otros países de inmigración, el ambiente de la escuela española se está transformando con la creciente presencia de niños de padres extranjeros. Según datos del Ministerio de Educación, en el curso 2004-2005 el número de alumnos inmigrantes crecerá en unos 100.000 y alcanzará un total de medio millón. Hace una década el número de extranjeros en las aulas era poco más de 50.000. En Cataluña, el 60% de los nuevos alumnos incorporados este curso son hijos de inmigrantes.
Gracias a la inmigración, la cifra de matriculados en el sistema educativo crecerá en 53.017 alumnos, lo que supone un total de 8.430.939 estudiantes en todos los niveles. Es el segundo curso consecutivo en que aumenta el número de alumnos, tras quince años de continuo descenso.
El fuerte incremento del alumnado inmigrante hace que ahora represente casi un 7,2% del total en la enseñanza no universitaria, donde cada año se ven más semblantes de todos los colores. Según su origen, más del 50% viene de América del Sur y Central, el 25% procede de Europa, casi el 19% de África; el 4,4% de Asia y 1,1% de América del Norte.
Las comunidades con un porcentaje mayor de alumnos extranjeros son Madrid (10,2) y Baleares (10,1), seguidas por La Rioja (8,1) y Navarra (7,9).
El aumento de alumnos se aprecia en las primeras etapas educativas. En infantil, se esperan casi 70.000 alumnos más, y en primaria unos 13.000 más. También aumentan los estudiantes de enseñanza secundaria (30.000) y de Formación Profesional (8.000).
Pero no sucederá así ni en el Bachillerato ni en la Universidad. En Bachillerato se prevé un descenso de 21.500 alumnos, y los estudiantes universitarios bajarán en 19.000. Pero el futuro se contempla ahora de distinta manera.