HOPE not hate, una iniciativa nacida hace doce años en Reino Unido para luchar contra el discurso del odio hacia minorías raciales o religiosas (entre sus principales objetivos han estado el British National Party, la English Defence League y el UKIP), ha publicado su segunda encuesta sobre “raza, fe y sentido de pertenencia en la Inglaterra actual”, cinco años después de la primera.
Uno de los resultados destacables es que ha aumentado la proporción de los que apoyarían la existencia de límites legales a la libertad de expresión para no ofender la sensibilidad religiosa de los demás. En 2011, estaba de acuerdo el 40%; en 2016, el 46%. El porcentaje es mayor entre los que se definen como multiculturalistas, lo que indica que un sector importante de la población británica –y no precisamente el que se suele catalogar como conservador– piensa que el respeto a las creencias del otro es parte imprescindible de su integración en la sociedad.
Además de entre los que se definen como multiculturalistas, la idea de que la libertad de expresión no debería amparar las ofensas a las creencias religiosas tiene especial apoyo entre los jóvenes. Esto confirmaría la idea de que existe una brecha generacional en cuanto a los valores democráticos irrenunciables: la juventud actual, al contrario que sus padres, son más sensibles al llamado “discurso del odio” que a las limitaciones a la libertad de expresión.
Actitudes respecto a los musulmanes
En general, la actitud de la sociedad británica hacia la inmigración ha mejorado. La considera positiva para el país un 50%, diez puntos más que hace cinco años. La perspectiva de que lleguen a Inglaterra inmigrantes sirios, afganos o iraquíes no ha producido un efecto de rechazo.
No obstante, los musulmanes suponen un grupo aparte en la valoración que los británicos hacen de la inmigración. Un 43% de los encuestados piensa que “son completamente diferentes a nosotros”, y un 45% que “causan problemas en el país”, aunque ambos porcentajes han bajado respecto a la encuesta de 2011. También lo ha hecho (del 48% al 39%) el de los que apoyarían un partido que defendiera los valores británicos y restringiera la inmigración islámica, aunque todavía son más los que dicen que se sumarían a una campaña anti-mezquitas en su localidad que los que se opondrían. Con todo, se percibe una mayor empatía hacia los problemas afrontados por esta minoría: ha aumentado el porcentaje de los que reconoce una cierta discriminación hacia ella en la sociedad y en los medios de comunicación.