Una inmigrante recibe atención en un puesto de Médicos sin Fronteras, en el Darién (Foto: MSF)
La selva del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá, tiene todos los encantos naturales posibles: árboles frondosos, playas de arena fina, manglares, una fauna espectacular –tucanes, caimanes, jaguares...–, en fin, todas las papeletas que le valieron ser declarada Patrimonio Mundial.
Sin embargo, para la venezolana Carlenis Chirino, que ha tenido que transitarla en su exilio hacia EE.UU., no es un sitio de ensueño: “El Darién es el infierno”, aseguró en septiembre al Wall Street Journal, y contó que varios hombres armados atacaron al grupo con el que viajaba, entre los que iban cubanos y haitianos; les quitaron sus pertenencias a p…
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