Escritoras, periodistas y directoras de publicaciones del área anglosajona comienzan a mirar con desencanto la banalización de la imagen de las mujeres que ofrecen las páginas de algunas revistas y periódicos. Varias voces, entre ellas la de la asociación británica de Mujeres Periodistas, han levantado sus críticas para señalar la falta de coherencia de este tratamiento con los denominados logros feministas que hace solo tres décadas auguraban una nueva etapa para las mujeres.
Las protestas, que comenzaron de manera más o menos velada, han ido creciendo en los últimos dos años. “¿Qué ha ocurrido con la buena fe y el optimismo de las feministas de los años setenta?”, se preguntaba Rosie Boycott desde el diario The Guardian. “Las revistas para adolescentes y jóvenes -chicas o chicos- son profundamente sexistas y solo se centran en la imagen y en el atractivo físico”, denuncia, “mientras ridiculizan todo lo demás”. Según esas publicaciones, “tu cuerpo debe ser como el de una estrella”. Pero como eso parece inalcanzable para la mayoría de la gente, el resultado es una nueva etapa de inseguridad, de baja autoestima generalizada entre las adolescentes, y que amenaza con extenderse a otras edades y a otros ámbitos -estudios, trabajo- donde, hasta ahora, las chicas eran claramente superiores.
Actrices como Julia Stiles -compañera de Matt Damon en El ultimátum de Bourne– o Rachel McAdams ya han reaccionado y defienden la integridad de su imagen, a pesar de que su actitud pueda frenar de alguna manera su carrera. Stiles está encantada con el hecho de que todas las mujeres Bourne sean elegantes, seguras de sí mismas, y aparezcan completamente vestidas. “Soy una persona modesta y generalmente evito los desnudos y las escenas amorosas, porque con mucha frecuencia las encuentro gratuitas”. En el caso de McAdams, su negativa a dejarse fotografiar sin ropa para una portada del Vanity Fair en 2005 supuso un punto de inflexión en su carrera que por entonces iba a un ritmo vertiginoso, con estrenos como La joya de la familia, Vuelo nocturno o De boda en boda.
La necesidad de frenar esta tendencia y de contrarrestar, al menos, sus consecuencias sobre los más vulnerables -los adolescentes- ha movilizado ya al comité directivo de Mujeres Periodistas que, coincidiendo con la London Fashion Week, reunió en la British Library a un centenar de estudiantes de secundaria en una jornada sobre la imagen personal. Las conclusiones de los jóvenes fueron unánimes: “Los medios de comunicación deberían ser responsables y difundir roles más positivos sobre nuestra generación”.
Según Fiona Badwon, una de las periodistas impulsoras de la iniciativa, “a pesar de tantos años de feminismo, las chicas todavía dependen de su imagen”. Badwon señaló que las adolescentes se quejan de la presión de los medios para que se acerquen a unos prototipos de belleza totalmente irreales y aportó los datos de una encuesta reciente: el 75% de las mujeres entre 16 y 25 años declararon no sentirse respetadas por la prensa ni por la industria de la moda, lo cual no significa que sean capaces de escapar de su influencia.