Ashiya. Para muchas japonesas que rondan los treinta años de edad, el ideal del matrimonio está siendo relegado por la compra de un apartamento en el que vivir solas. La disminución de los precios y de los tipos de interés bancarios (0,75% los depósitos y alrededor del 3% los préstamos) en los últimos años han potenciado esta creciente demanda.
De acuerdo con una encuesta realizada en el área de Tokio por Housing Loan Corporation, la compradora media tiene 30 años cumplidos, ingresos anuales de alrededor de 5 millones de yenes y unos 10 millones ahorrados. El tipo de apartamento más solicitado tiene entre 50 y 70 metros cuadrados (con dos dormitorios y cocina-comedor) y un precio medio de 36,4 millones de yenes (47,3 millones de pesetas). Generalmente, las mujeres buscan para su vivienda zonas cercanas a estaciones de tren o de metro, y prefieren grupos de viviendas donde residen familias, por razones de seguridad.
La revista semanal Shukan Jutaku Joho, de información sobre la vivienda, empezó hace dos años una serie de seminarios en varias ciudades del país, dirigidos a educar a mujeres jóvenes en el arte de la compra de apartamentos. «Estos seminarios están teniendo mucho éxito. Cerca del 70% de las participantes quieren comprar apartamentos en un futuro próximo, y muchas piensan que pagar un alquiler es dinero perdido», apunta Kuwano, subdirectora del semanario.
Comprar una vivienda era considerado tradicionalmente algo extraordinario. Pero este punto de vista está cambiando, en parte debido a la baja de los precios del suelo y a los muchos edificios que se quedaron sin alquilar después de la depresión económica que siguió al desarrollo de los años 80.
Desde que las empresas han empezado a mejorar el sueldo y las oportunidades para la mujer, va en aumento el número de mujeres solteras que se plantean la posibilidad de poseer casa propia. Aparte de sus ahorros, muchas cuentan también con el apoyo de sus padres. Según Yoko Yazaki, autora de un libro acerca de la compra de viviendas por mujeres solteras, «las mujeres entre 20 y 30 años disfrutan viajando al extranjero y comprando productos de marca. Ahora disfrutan comprando viviendas. Por esto establecen criterios estrictos y no compran lo que no se ajusta a esos requisitos». Algo parecido ocurre a la hora de buscar marido. No tienen prisa.
Antonio Mélich