Iniciativas
Para muchos jóvenes de barrios pobres como el Bronx o Harlem, el ejemplo más llamativo de iniciativa «empresarial» es la del revendedor de droga que trabaja en una esquina. Pero ahora pueden descubrir que también desde muy jóvenes se puede ganar dinero honradamente haciendo negocios. El método se lo ha enseñado Steve Mariotti, cuyo caso se cuenta como ejemplo en la Harvard Business School.
En 1979, este joven analista financiero había creado su propia empresa de importación-exportación y trabajaba también como consultor. Su interés por los barrios pobres comenzó de un modo violento. Una tarde del verano de 1981, mientras hacía ejercicio corriendo, fue asaltado por una banda de jóvenes delincuentes. Como no tenía dinero encima, le dieron una paliza. A sus 26 años, cogió pánico a la calle. Por consejo del psicólogo, decidió afrontar directamente su angustia: liquidó sus empresas y se convirtió en profesor de las escuelas públicas de Nueva York, escogiendo los barrios más difíciles.
Poco a poco se dio cuenta de que el método de enseñanza era demasiado teórico para este tipo de chicos, que no entendían para qué les servían sus estudios. En 1987 convenció al director de una escuela del Bronx para que le dejara impartir un curso sobre «aprender a emprender». Así empezó a enseñar a los jóvenes cómo familiarizarse con las nociones del marketing, cómo descubrir las posibles oportunidades de negocio y qué inversiones se necesitaban para realizarlas. Cosas pequeñas para empezar: desde la venta de gorras o de flores a la creación de clubs para el intercambio de videojuegos entre chicos que no pueden comprarlos nuevos.
De este modo, Mariotti hizo descubrir talentos que el fracaso escolar suele ocultar. Tratando como adultos a jóvenes amenazados por la marginación, les ha enseñado a desarrollar su creatividad en un ambiente difícil. Por ejemplo, un chico de 17 años ha creado una empresa que, por 40 dólares, proporciona todos los servicios para una fiesta infantil de cumpleaños.
El éxito del «método Mariotti» le llevó a crear la National Foundation Teaching Entrepreneurship (NFTE), que hoy está presente en quince ciudades. Con donativos de particulares y de empresas ha logrado crear una red de formadores, que atienden cada año a más de 2.500 jóvenes -de diez a veinte años-. El 90% de los que empiezan la primera etapa de formación -un curso de 24 horas- lo siguen hasta el final. El 30% profundizan después sus conocimientos. El enfoque práctico y personalizado de Mariotti encandila a muchos. El éxito de las actividades que emprenden podrá ser mayor o menor, pero sin duda fomenta el espíritu de iniciativa.
Steve Mariotti ha afinado su método, expuesto en el libro «Cómo crear y gestionar un pequeño negocio». Ahora se ha puesto de acuerdo con la fundación francesa PARENE, para realizar en Francia dos acciones piloto inspiradas en el método de la NFTE.