No son muchas las organizaciones no gubernamentales españolas que llevan a cabo programas de voluntariado de corta duración en el extranjero. Cooperación Internacional es una de ellas. Este verano, más de 500 voluntarios, estudiantes en universidades españolas, van a participar en 18 proyectos de desarrollo que la organización impulsa en quince países de América Latina, Europa Central y Oriente Medio. Los beneficiarios de esos proyectos son más de 6.000 personas.
El objetivo de tales iniciativas no es, a diferencia de los programas de cooperación, la ejecución total de proyectos de larga duración, como pueden ser la construcción de un hospital, ya que este tipo de acciones exigen más tiempo y preparación. En este caso se trata de promover el voluntariado, ha-ciendo ver a los jóvenes que su colaboración en un cometido concreto puede ser de gran ayuda tanto para las personas necesitadas como para ellos mismos. Como explica Javier Plaza, coordinador de los proyectos, «se trata de estimular el compromiso solidario, de movilizar a la sociedad ante el sufrimiento ajeno». En definitiva, es un modo de fomentar los valores propios del voluntario -generosidad, gratuidad, tolerancia, etc.- entre la juventud.
El 70% de estos proyectos son continuación de otros que ya se han realizado en años anteriores, lo que los hace especialmente eficaces. Como término medio, cada uno de ellos contará con un grupo de 15 a 20 voluntarios a los que se les encomendará una actividad determinada, que habrán de realizar en unos 30 días. En cada caso, los objetivos se ajustarán a las necesidades concretas del lugar y al proyecto de cooperación, más amplio, en que se enmarcan. Abordarán, directa o indirectamente, problemas educativos, sanitarios, asistenciales, etc. En la práctica, supondrá realizar tareas tan variadas como ayudar en la construcción de un taller de artesanía, colaborar en la atención de un dispensario médico, enseñar a leer a los niños, impartir clases de higiene a las mujeres indígenas o colaborar en actividades deportivas con un grupo de discapacitados.
Para que realicen con éxito las tareas que se les encomiendan, Cooperación Internacional exige a todos sus voluntarios internacionales que, durante un año, se hayan dedicado, de forma estable, a algún tipo de acción voluntaria en sus ciudades. Todos ellos deben asistir, además, a un curso de formación específico sobre cuestiones sobre primeros auxilios, pedagogía infantil, geografía y costumbres de los lugares a los que irán, etc. Por último, han de participar en las tareas previas de provisión de medicamentos, artículos de higiene o material didáctico, que Cooperación Internacional organiza para equipar los proyectos. Los voluntarios se encargan de transportar hasta los países de destino los materiales que hayan logrado reunir.