Los X-Men fílmicos han pasado por muchos altibajos. Y si alguien pretende seguir un orden cronológico al universo que plantean, puede morir en el intento. Quizás el caos en esta línea sea lo que haya provocado, también, que el estreno de la nueva entrega haya ido cambiando de fecha varias veces. El caso es que los fans de estos personajes de Marvel pueden estar tranquilos: aunque, ni de lejos, está a la altura de Logan, X-Men: Fénix Oscura cumple las expectativas.
La historia continúa después de lo sucedido en X-Men: Apocalipsis, con un breve flashback introductorio –y brutalmente impactante– que nos cuenta el porqué del trauma de Jean Grey. De hecho, la nueva película pivota sobre Grey, quien, años después, en 1992, durante una misión espacial, sin quererlo ni poder evitarlo, absorbe una enorme masa cósmica solar que le dota de unos grandes superpoderes. Así, lo que parecía la muerte de Grey, resulta ser como una especie de resurrección, pero que pronto se convertirá en un problema, el mayor para los X-Men, que tendrán que luchar contra uno de los miembros de su propia “familia” y unos alienígenas, interesados en este superpoder.
Durante la película, es imposible no recordar constantemente a Capitana Marvel. No solo por la similitud en la historia, el parecido de la protagonista y algunas escenas. De hecho, también a X-Men: Fénix Oscura le cuesta mucho arrancar. Y, cuando lo hace, eso sí, atrapa hasta a los más ignorantes en la saga mutante. El problema –uno de ellos– es que el personaje de Grey está bien trabajado –Sophie Turner realiza una interpretación digna, quizás el mejor de esta mutante–, pero los demás apenas son unas marionetas al servicio de la protagonista. Es una pena, también, que se haya aprovechado tan poco el talento de Jessica Chastain, quien aparece como la mala muy mala, pero nada más. Ni por asomo es el Thanos de Infinity War y Endgame, un villano con matices.
Es aquí donde Simon Kinberg –que hasta ahora había figurado como productor de la franquicia y ahora escribe y dirige– quizás peca de inexperto: además de definir poco a los personajes, de los alienígenas villanos ni sabemos de dónde vienen, ni exactamente a dónde van. Buscan esa fuerza, sí; pero ¿para qué?
Con todo, hay que reconocer que la inconfundible banda sonora de Hans Zimmer ayuda mucho al ritmo de la historia.
En fin, que se trata de una película de superhéroes para pasar un buen rato. Realmente la última media hora es de lo mejor que tiene, pero, de tratarse de un final, como dicen, se hubiera esperado algo más apoteósico. Más bien, yo diría que parece un nuevo arranque, ahora en manos de la todopoderosa Disney.
Jaume Figa i Vaello
@jaumefv