A finales de la década de los 50, en Manhattan, Miriam Midge Maisel (Rachel Brosnahan) es una mujer joven que lleva una vida convencional. Tiene dos hijos y está casada con un hombre al que quiere y apoya en su sueño de convertirse en un famoso monologuista cómico. Ella misma elabora los textos con los que su marido intenta ganarse al público cada noche. Un buen día la señora Maisel descubrirá que quizás sea ella la que tiene que saltar al escenario.
Hay un aspecto visual de esta serie que destaca sobre todas las demás: el uso del color. Es la manera de reflejar una época llena de posibilidades. Era la época de los mejores musicales de Minnelli que destacaban por sus colores llenos de vida ( Melodías de Broadway, Un americano en París).
En La maravillosa señora Maisel el vestuario, la fotografía y el diseño de producción reproduce a la perfección esa sociedad del bienestar tan aparente a través del color, algo que también vemos en la intocable Mad Men. Ambas series coinciden en dar una visión muy sexualizada de una sociedad pragmática y egocéntrica, quizás más cercana al individualismo de inicios del siglo XXI que al de los años de recuperación después de la II Guerra Mundial.
Amy Sherman-Palladino es la creadora, directora y guionista de esta comedia, en la que se ve el estilo personal desarrollado en más de 30 años de trabajo en televisión en series tan populares como Roseanne (1990-1994) o Las chicas Gilmore (2000-2007). Estas producciones estaban protagonizadas por personajes femeninos con una desbordante capacidad de captar la atención a base de humor inteligente y una ironía muy cruel.
En La maravillosa señora Maisel, el ambiente creativo de los monologuistas marca el ritmo de una ficción que ante todo tiene personajes muy particulares, con un carácter atractivo y ciclotímico. En sus momentos cumbre, la serie recuerda a las mejores comedias de Lubitsch, Hawks o Wilder. Tiene acidez y crítica social, con la enorme diferencia de que los monólogos tienden a una zafiedad redundante que no existía en el cine clásico.
Punto de vista femenino
La serie tiene un punto de vista femenino muy actual, que evita caer en los extremos de otras ficciones del momento. La señora Maisel es encantadora pero está llena de contradicciones. Es una mujer vulnerable, enérgica, tierna, cruel… El personaje, brillantemente interpretado por Rachel Brosnahan, ha llevado a esta actriz a ganar dos Globos de Oro consecutivos en 2017 y 2018.
La actriz Rachel Brosnahan ha ganado dos Globos de Oro consecutivos por su interpretación de la Sra. Maisel
A pesar de estar presente en casi todas las escenas de la serie, nunca dejar de ser entretenida, divertida y cercana. La relación permanente de tensión con su marido es eficaz y llena de humor, pero está desarrollada con una superficialidad que resta humanidad al personaje. En esa misma orientación está dirigida la relación entre el matrimonio y los hijos pequeños: apenas inexistente en las dos primeras temporadas. Los niños son un incordio para el desarrollo de la vida real de los protagonistas, muy ligada a horarios nocturnos y prohibitivos para la vida familiar.
Con una mayor hondura dramática y algo más de imaginación en los diálogos, que acuden al humor grueso, sería una ficción cómica prácticamente perfecta. No resulta extraño que esta serie de Amazon haya ganado cinco premios Emmy (mejor comedia, director, guion, actriz principal y actriz secundaria) y el Globo de Oro a la mejor serie cómica en 2017. Recientemente se ha confirmado la renovación para una tercera temporada. Algo lógico, teniendo en cuenta que el paso de la primera a la segunda temporada ha sido ejemplar: un desarrollo brillante y creciente de las tramas y los personajes.