De las medidas que el ejército francés emplea para superar las experiencias traumáticas de los soldados en la guerra trata la película francesa La escala (Delphine Coulin, Muriel Coulin, 2017), centrada en una unidad militar que, al regreso de su misión en Afganistán, debe hacer una escala de tres días en un hotel de cinco estrellas en Chipre. Allí, los soldados no solo pasan unos días distendidos, sino que han de participar en diversas actividades para procesar los trastornos psíquicos sufridos en la contienda.
A este efecto está destinado también el “Homecoming Transitional Support Center” en la serie de Amazon Homecoming: facilita a los soldados la reinserción en la vida civil tras su misión militar. Ahora bien, en lugar de un hotel de lujo de Chipre, el centro “Homecoming” se encuentra en un lugar despoblado de Florida, donde es instalado a toda prisa en un polígono industrial abandonado para acoger a los primeros “clientes”, como se denomina a los soldados que pasan voluntariamente por el centro, pues este es regentado por la empresa privada “Geist Group” por encargo del gobierno estadounidense.
Una parte considerable de la serie se centra en las conversaciones que la directora Heidi Bergman mantiene con Walter Cruz, un joven soldado que acaba de regresar de una misión, sobre sus traumáticas experiencias en Afganistán; la primera de ellas se desarrolla el 10 de abril de 2018. Heidi debe trasmitir información a su jefe, el inescrutable Colin Belfast, con quien se comunica únicamente por teléfono.
Un segundo plano temporal se distingue visualmente del anterior: la imagen se estrecha hasta adquirir el antiguo formato televisivo 4:3. Además, sus tonos sombríos y descoloridos podrían sugerir que se trata de flashbacks; sin embargo, es todo lo contrario: estos acontecimientos se desarrollan cuatro años más tarde. Es decir, el “presente” de la serie es el año 2022, mientras que la trama argumental de 2018 se desarrolla en amplios flashbacks, un recurso original y sugerente. Durante la serie, la acción pasa continuamente de un plano temporal al otro.
En 2022, Heidi trabaja de camarera en un restaurante de comidas rápidas y vive con su madre. Un funcionario del Ministerio de Defensa se dirige a ella para esclarecer algunos aspectos en torno a su actividad en el centro “Homecoming”. Sorprendentemente, Heidi no puede recordar nada de ese tiempo, ni siquiera el nombre “Geist Group”.
La serie genera suspense, por un lado, por las relaciones entre Heidi y los soldados en 2018: a diferencia de Walter Cruz, dispuesto a colaborar con el programa de reinserción, su compañero Shrier se muestra bastante agresivo, bajo el influjo de una cierta teoría de la conspiración. En el “presente”, el argumento se centra en los esfuerzos de Heidi por recuperar la memoria sobre su actividad en “Homecoming”.
También el diseño de producción contribuye a desorientar un tanto al espectador: en la trama ubicada en 2018, tanto el parco mobiliario como las estancias de carácter aséptico generan una atmósfera casi irreal… Como si el centro de reinserción se encontrara en un estudio de televisión. La de 2022 se caracteriza no solo por su toque retrofuturista, sino también por la música, que sugiere un ambiente amenazante.
Homecoming destaca también por las actuaciones, no solo de Julia Roberts, que prácticamente desempeña un papel doble, sino también por el joven Stephan James: sus caracteres son prácticamente opuestos, pero por ello se complementan. Los creadores de la serie, partiendo de una situación relativamente sencilla, consiguen —también gracias a la particular puesta en escena— desarrollar un thriller que va planteando cuestiones de cada vez mayor calado.