Hace cuatro años, DreamWorks Animation alcanzó su máximo nivel creativo con Cómo entrenar a tu dragón, de Chris Sanders y Dean DeBlois, los directores para Disney de Lilo & Stitch. Aquella excelente superproducción en 3D estereoscópico, sobre la amistad entre un débil e inteligente niño vikingo y un mítico dragón herido, concitó el elogio unánime de la crítica. Ahora, el canadiense DeBlois dirige en solitario la continuación, también basada en los relatos infantiles de la novelista inglesa Cressida Cowell. El resultado es algo menos poético y entrañable, pero también excelente.
Cinco años después de que el pequeño Hipo y el impresionante Desdentao se hicieran amigos, en la aldea vinkinga de la Isla de Berk conviven en armonía hombres y dragones. Mientras Astrid, Patán y el resto de la pandilla se desafían unos a otros en carreras de dragones, el ya adolescente Hipo explora territorios desconocidos a lomos de Desdentao. De este modo descubren una secreta isla de hielo, donde viven cientos de dragones salvajes. Los mantiene un misterioso Jinete de Dragones, que asegura proteger a los animales de la tiranía de Drago, un hombre cruel para el que trabaja el cazador Eret.
DeBlois ofrece de nuevo un espectáculo apabullante, lleno de fondos preciosos y con una animación digital de primera fila. Y pone ese despliegue técnico al servicio de un sabroso cóctel cómico-épico-romántico-dramático, desarrollado con una trepidante progresión narrativa. Se agradece que el realizador canadiense haya mantenido las cualidades de la anterior película y haya intentado enriquecerlas dramáticamente con la subtrama del enmascarado Jinete de Dragones, en torno a la capacidad de sacrificio.
Sin embargo, las motivaciones del misterioso personaje no están muy bien explicadas. Además, las otras dos tramas épicas –la de Eret y finalmente la de Drago– no aportan muchas sorpresas. Finalmente, la banda sonora de Powell, aunque brillante, versiona demasiado el tema central de la primera película de la saga. Con esas salvedades, esta segunda entrega mantiene un altísimo nivel técnico y artístico.
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