Iniciada en 1918 por el modesto carpintero danés Ole Kirk Christiansen, y bautizada en 1934 con su actual denominación –a partir de la expresión “leg godt” (“juega bien”)–, LEGO se ha convertido en una de las compañías de juguetes más respetadas del mundo, gracias sobre todo a sus simpáticos muñecos y a sus bloques de plástico interconectables. Tras inspirar decenas de películas, series y videojuegos, se estrena ahora La Lego película, primera superproducción de animación digital ambientada en el imaginativo universo de plástico.
El obrero Emmet es una gris figurita LEGO, absolutamente normal. Hasta que un día es confundido con un legendario Maestro Constructor, llamado a salvar el universo LEGO de la letal amenaza del tiránico Mega Malo. Con la ayuda del místico anciano Vitruvius, la dura Super Cool y el mismísimo Batman, Emmet intentará evitar la destrucción de su mundo.
La película goza de un ritmo endiablado desde su convencional arranque hasta su genial y abierto desenlace, con una sola caída de ritmo hacia los dos tercios de metraje. En este sentido, Phil Lord y Christopher Miller (Lluvia de albóndigas) se lucen en su abigarrada recreación animada del universo LEGO, siempre coherente con la limitada movilidad de los muñecos, imaginativa en sus variadas ambientaciones, y muy espectacular en sus secuencias de acción. Además, los dos cineastas estadounidenses hilvanan ese despliegue visual a través de un guion desmelenado y sanamente autoparódico e iconoclasta, lleno de hilarantes golpes de humor en torno al agobiante mundo actual –atenazado por la codicia de algunos y las numerosas instrucciones de uso para todo– y al propio cine como lúcido reflejo de ese mundo.
Quizás, su acelerado desarrollo resta matices dramáticos a la definición de los personajes –la mayoría, demasiado arquetípicos– y dificulta un poco el disfrute de algunas situaciones especialmente sugestivas. Pero, en general, se trata de una película original y divertida, muy brillante en su empleo del 3D estereoscópico y que gustará a niños y grandes por motivos diversos.