En 1994 un equipo de científicos dirigido por Jean-Marie Chauvet descubrió una cueva junto a Pont d’Arc, en el sur de Francia, con pinturas rupestres de gran belleza, antiquísimas y en perfecto estado.
Especialista en documentales, a Werner Herzog le sirve la cueva para aunar dos de sus temas favoritos: la naturaleza desafiante y la grandeza del espíritu humano, presentes en sus trabajos tempranos (El país del silencio y la oscuridad) y recientes (Grizzly Man, Encuentros en el fin del mundo). Con su voz profunda de narrador, Herzog comparte con el espectador la emoción de penetrar en un lugar único (qué gran uso del silencio para amplificar los ruidos de la cueva e incluir los latidos del corazón y la música) y las impresiones que le produc…
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