La película de Wallace (director y guionista de El hombre de la máscara de hierro y Cuando éramos soldados, guionista de Braveheart) se centra en la relación de Penny, una mujer con cuatro hijos y mucho carácter, con un caballo de su propiedad, cuya capacidad sólo ella conoce. Le ayudan dos empleados: Lucien Laurin, el entrenador, interpretado por John Malkovich, y el mozo de cuadra, que nunca se separa de él.
La película de Wallace sigue el libro biográfico de William Nack casi al pie de la letra y cuenta, sin apenas ficción, la historia real de este gran caballo desde su nacimiento hasta su triunfo en 1973, y la de su dueña, un personaje admirable.
Mike Rich dosifica admirablemente el guión y cada uno de los personajes está en su sitio, sin acaparar protagonismo. En cuanto a las subtramas, no oscurecen la acción principal: están abocetadas y el director deja que se imagine la evolución. Se intuye el conflicto familiar de Penny, se mencionan los problemas económicos, se ven soluciones, pero nunca estorban la acción, que cuenta -y hace entender- el mundo de los caballos.
Las carreras son una metáfora de la vida, y Secretariat logra alcanzar una dimensión más universal que la historia de un caballo, que en este caso no discurre sobre clichés, sino que ha sido narrada con la sobriedad de un documental, y que emociona en cada carrera, a pesar de que el espectador conoce de antemano su desenlace.
Una muy grata sorpresa.