En el año 2400, la humanidad, infectada por devastadores virus, queda reducida a 5 millones de habitantes que viven en Bregna, una amurallada ciudad-estado, en mitad de la selva, controlada por cámaras de seguridad para que nadie salga al exterior. «Aeon Flux» es una joven perteneciente a un grupo de rebeldes, los Monicanos, que luchan contra las autoridades de Bregna, una comunidad de científicos presidida por los hermanos Goodchild.
La actriz sudafricana de treinta años que fue bestia en la truculenta «Monster» y bella en la divertida «The Italian Job» hace de las dos cosas en esta entretenida y bien hecha película de ciencia-ficción, en la que la clonación está a la orden del día y la gente vive en una jaula, de oro, pero jaula. El diseño de producción es bueno y el guionista ha sabido dar a la historia -que procede de una serie de TV del surcoreano Peter Chung que se emite desde 1995- una cierta entidad dramática, con una conclusión bastante clara: a poco que uno se descuide, la ciencia se convierte en un instrumento para manipular y oprimir a las personas. La insistencia en mostrar el buen tipo de la protagonista acaba volviéndose contra la película, que pierde gas. Abundan las peleas, los tiros, la sensualidad y las secuencias de acción.
Alberto Fijo