Director: Peter Hewitt. Guión: Joel Cohen y Alec Sokolow. Intérpretes: Beckin Meyer, Jennifer Love Hewitt, Stephen Tobolowsky. 75 min. Todos.
Los guionistas de Toy Story y el director de The Borrowers han convertido en largometraje una de las tiras más populares del mundo, protagonizada por un gato gordo y vividor, llamado Garfield. Las andanzas de Garfield comenzaron en 1978. El gato creado por Jim Davis se ha asomado a las páginas de 2.600 periódicos de 63 países, en 23 idiomas diferentes. La serie de TV, ganadora de cuatro premios Emmy, estuvo en antena entre 1988 y 1995.
Con estos precedentes no era fácil acometer un largo, porque las tiras plantean situaciones aisladas enormemente sugerentes y exentas de continuidad, con una componente satírica bastante acusado y frecuentemente sutil. El resultado es digno, con una realización correcta y una historia aceptable, que propicia un manojo de chistes y gags representativos de la idiosincrasia del indolente y aburguesado felino. El guión (un elemental y trillado viaje de héroe) opta claramente por el público infantil, que me parece que no es consumidor habitual de Garfield. La estrategia de producción -una película familiar- es hábil pero vaya usted a saber si llena a unos (los padres) y a otros (los niños). Y es que esto de que el cómic -ítem más, el cómic en tiras- funcione en formato cinematográfico está por ver. Garfield es una película simpática que nunca logra entusiasmar, con un doblaje al castellano convencional y ambiguo de Carlos Latre, muy inferior a la gatuna voz original del gran Bill Murray.
Alberto Fijo
