Director: Clint Eastwood. Guión: Brian Helgeland. Intérpretes: Clint Eastwood, Jeff Daniels, Wanda De Jesús, Anjelica Huston, Tina Lifford, Paul Rodríguez. 108 min. Adultos.
Clint Eastwood sigue explotando la veta de sus 72 años bien llevados. Desde que firmara Sin perdón, hace una década, sus personajes (sobre todo en las películas que dirige) son antihéroes cansados, vapuleados por la vida, que tratan de hacer bien su trabajo sin esperar el agradecimiento de nadie. Así es Terry McCaleb, detective que sufre un infarto durante la persecución de un asesino en serie. Pasará varios años en el dique seco, hasta que se le practica un trasplante de corazón. Decidido a llevar una vida tranquila, se ve moralmente obligado a aceptar un último trabajo que le encarga la hermana de la donante del corazón: atrapar al hombre que la asesinó.
A partir de la novela de Michael OConnolly, adaptada por Brian Helgeland (ganador de un Oscar por su guión adaptado de L.A. Confidential), Eastwood dirige un entretenido film policiaco, con una investigación bien descrita y unas cuantas sorpresas que mantienen la atención del espectador. Si bien el romance de McCaleb se ve venir, y chirría un tanto, hay un acierto en la definición inicial del personaje de Jeff Daniels, vecino del detective, perdedor con aires de divertido y vago colega. Menos creíble en su transformación en el último tramo del film, lo que conduce a un desenlace que tiene demasiado de opereta, y que recuerda bastante al trazado por Martin Scorsese en El cabo del miedo.
José María Aresté