Con este espléndido documental debuta como director el actor francés Jacques Perrin, que ya hizo sus pinitos naturalistas como productor de la también excelente Microcosmos. Ahora describe la odisea migratoria de millones de aves del hemisferio norte que se pasan la vida volando de acá para allá en busca de calor y comida.
Rodada desde ultraligeros durante seis años, la película tiene una factura visual fascinante, que muestra en plena belleza parajes preciosos de 36 países. Además, Perrin y sus codirectores sacan el máximo partido a las imágenes, logrando así pasajes cómicos, dramáticos, entrañables, épicos… que enriquecen muchísimo el tono del film. También es de alta calidad la banda sonora de Bruno Coulais, en la que abundan sugestivas melodías tipo New Age, muy adecuadas para este tipo de films divulgativos.
Queda de este modo una espléndida película documental, casi sin narración en off y que muestra la naturaleza tal cual es, con toda su belleza y toda su crueldad, sin caer en la tentación de presentar al hombre como el único depredador.