En la habitación

TÍTULO ORIGINAL In the Bedroom

DIRECCIÓN

GÉNEROS

Director: Todd Field. Guión: Rob Festinger y Todd Field. Intérpretes: Sissy Spacek, Tom Wilkinson, Nick Stahl, Marisa Tomei, Karen Allen, William Mapother. 138 min. Adultos.

El actor californiano Todd Field, de 38 años, ha dirigido su primer largo, que, después de recibir una docena de premios, fue candidato a cinco Oscar importantes. Field ha declarado haber filmado «la geografía del dolor con la mirada puesta en el cine humanista de maestros como Ozu, Bergman, Renoir y Casavettes».

En este caso el dolor se cierne sobre un matrimonio maduro formado por un médico y una musicóloga. Su único hijo, de 18 años, prepara su ingreso en la universidad. Ese verano, el joven inicia una relación con Natalie (excelente Marisa Tomei), una mujer de treinta y muchos, casada y con dos hijos, que tramita su divorcio de un marido pendenciero. Un crimen pasional desata el drama.

El excesivo metraje y un montaje infeliz dejan al descubierto las carencias del guión, basado en el relato Killings de André Dubus; una adaptación que quizás pasó por demasiadas manos. Esto puede explicar la falta de cohesión de una compleja historia trágica que parece no encontrarse segura en ninguno de los cuatro territorios que pisa: el drama criminal, la crisis de un matrimonio, la venganza, la soledad. El ritmo de la película es entrecortado, con secuencias de una injustificada demora. Y resultan algo postizas varias situaciones, quizás porque no llegamos a comprender el modo de ser de los personajes.

Se repite aquí ese mal endémico de tantas películas estadounidenses que buscan el atajo para llegar a los momentos emotivos, e intentan disimular el atajo desencadenando la potencia deslumbrante de la técnica. Por otra parte, preocupa la recurrente seducción por la venganza y el odio que despiden bastantes títulos recientes. Visto de otro modo, En la habitación encierra un retrato de la indigencia de las sociedades del primer mundo, bien provistas de casi todo, pero sumidas en una terrible pobreza: la de los recursos morales, a los que agarrarse para afrontar la iniquidad del mal, ese tremendo misterio.

Alberto Fijo

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