Director: Philip Haas.Intérpretes: Mark Rylance, Kristin Scott Thomas, Patsy Kensit.
Basada en una novela reciente, no conserva la película -si el libro lo tuviera- el aire de hipocresía victoriana que se pretende en cierta sociedad inglesa, sino que se reduce a un disfraz de ricos decorados, vestuario y espléndidos jardines. Con esta simulación sólo externa del XIX, el director mueve a los personajes como a personas de mentalidad actual, y parece sentirse sin más autorizado a enredarlos en un muy turbio ménage à trois y en una especie de reivindicación social, feminista, que tampoco concuerda.
La belleza y bondad sólo aparentes -ángeles, y son demonios-, debería ser contraste con los insectos, hormigas, hacendosas y humildes personas; pero no se consigue. Todo se centra en unas reiteradas y fuertes escenas sensuales de telefilm: da igual la intriga del argumento como el previsible final, que se quiere feliz y sabe a apaño.
Pedro Antonio Urbina