El tema del aborto y la objeción de conciencia está nuevamente de actualidad en Croacia: en Dubrovnik, una mujer acudió recientemente a un centro de salud a poner fin a su embarazo, y se encontró con que el anestesista rechazó participar en la intervención, alegando razones de conciencia. La interrupción, no obstante, se efectuó en esas condiciones, y es lo que ha hecho que las aguas vuelvan a revolverse.
Acerca del caso, el ministro de Salud, Milan Kujundžić, de la conservadora Unión Democrática Croata, ha señalado la necesidad de respetar el derecho a la objeción de conciencia. Para el político, sin embargo, el hospital debió haber previsto situaciones como esa, por lo que debía tener personal disponible para realizar abortos.
Si no pone en peligro la vida y la salud de un paciente, un farmacéutico también tiene el derecho de objetar, asegura el gremio
Solo que la tarea de hallar quien desee efectuar abortos se está volviendo cada vez más difícil en el país balcánico. A día de hoy, se calcula que el 60% de los ginecólogos se ha declarado objetor respecto a la interrupción del embarazo. Para los grupos abortistas es demasiado, y presionan por una nueva ley en la materia, que el Parlamento debía tener lista ya en marzo pasado, pero que, probablemente, no les va a convencer demasiado.
Buscando un “equilibrio”
El plazo fue acordado por el Tribunal Constitucional en la primavera de 2017. Entonces, la alta instancia precisó que, aunque la ley en vigor no quebrantaba los marcos constitucionales –data de 1978, en tiempos del socialismo yugoslavo–, los legisladores debían promulgar una nueva norma.
La actual permite que la mujer ponga fin a su embarazo hasta la décima semana. La que “cocinan” los legisladores desde hace dos años “no puede prohibir el aborto, ha señalado el presidente del Constitucional, Miroslav Šeparović, pero sí tendría que buscar “un equilibrio entre el derecho de las mujeres a su privacidad y la protección de la vida del no nacido”.
“Y no es tarea del Tribunal Constitucional determinar cuándo comienza la vida humana”, refiere el magistrado, citado por Reuters.
Según Šeparović, para que la nueva legislación sea “racional, equilibrada y justa”, tendrá que incorporar medidas educativas y preventivas que hagan del aborto una excepción.
La nueva ley del aborto deberá tomar en cuenta el interés de la mujer y la protección del no nacido
Es justo esa “excepcionalidad” la que choca con las demandas del lobby abortista. Sanja Cerar, ejecutiva de la organización feminista CESI –patrocinada entre otros por la fundación Open Society del millonario estadounidense George Soros y por el Center for Reproductive Rights de Nueva York–, avisa que la nueva ley “hará más difícil el acceso al aborto, mediante períodos de espera [obligatorios], un servicio de asesoramiento prejuiciado, y el respaldo a los ginecólogos que rechacen efectuar el procedimiento”.
Contra los farmacéuticos
Las cifras de aborto en Croacia han descendido notablemente desde los tiempos del comunismo. En 1993, por ejemplo, se realizaron 25.000 intervenciones de este tipo, frente a 2.416 en 2017. El respeto institucional a la objeción de conciencia de muchos profesionales de la salud, parece pesar bastante en el declive de esas cifras.
Pero no es solo el personal sanitario el que suscita, con su objeción, el enfado de los partidarios del aborto. En el gremio farmacéutico algunos han tomado la iniciativa de no dispensar píldoras abortivas, y han sido objeto de protestas. Le pasó en noviembre de 2018 a un farmacéutico de Zagreb, quien citó la objeción de conciencia como el motivo para no vender un anticonceptivo a una cliente.
“Primero los ginecólogos; después, los farmacéuticos. ¿Hasta dónde vamos a llegar?”, se quejó la joven a un medio informativo local. Los del CESI, como era de esperar, salieron a respaldarla. “Los pacientes no deben sufrir las consecuencias de las creencias personales de los farmacéuticos –dijo Sanja Cerar a la AFP–. En la práctica, la denominada objeción de conciencia restringe el derecho de la gente a una protección de salud y viola los derechos de las mujeres”.
El 60% de los ginecólogos croatas se ha declarado objetor de conciencia respecto al aborto
También el ministro de Sanidad, a su turno, apuntó que estos trabajadores no debían estar autorizados a citar la cláusula de objeción, pero la Cámara de Farmacéuticos le salió al paso con una declaración tajante: si no pone en peligro la vida y la salud de un paciente, un farmacéutico también tiene el derecho de objetar.
Lo que dice el Derecho MédicoEl artículo 20 del Código de Derecho Médico croata expresa que, en virtud de sus actitudes o creencias éticas, religiosas o morales, el profesional de la salud “tiene el derecho de invocar la conciencia y negarse a llevar a cabo el diagnóstico, tratamiento y rehabilitación del paciente, si no interfiere con las reglas de la profesión y si no causa consecuencias permanentes para la salud o pone en peligro la vida de este”. A seguidas, sin embargo, el texto señala que el facultativo “debe notificar inmediatamente al paciente sobre su decisión y remitirlo a otro médico de la misma especialidad”, una indicación que, al obligar el especialista a redirigir al interesado a otro experto que sí pondrá en marcha el procedimiento, también puede suponerle un conflicto moral. |