Chile es, junto con Canadá, uno de los países americanos con menores índices de criminalidad, según la OCDE. Sin embargo, mentar La Legua es aludir a un barrio difícil de Santiago, al que los taxistas no quieren ni acercarse y en el que las estadísticas distan de ser tan positivas como en el conjunto del país. Según la web de la secretaría de Seguridad Pública, la comuna San Joaquín, a la que pertenece el vecindario, ha visto incrementarse año tras año los delitos de robo con violencia, lesiones graves y homicidio.
El sacerdote francés Gérard Ouisse –“francés y chileno”, nos corrige– lleva 15 años en el lugar, tratando de cambiar las cosas. Que no han ido a mejor, según se ve. “Desde que llegué –cuenta a Aceprensa–, hay más venta de droga,…
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