Las estrechas relaciones entre las Iglesias católica, luterana y ortodoxa hacen que en Finlandia se respire un hondo deseo compartido por alcanzar la unidad de todos los cristianos. El 9 de marzo hubo en Madrid un encuentro para los medios con motivo de la presentación del libro Cálido viento del norte, sobre el cristianismo en los países nórdicos. Mons. Raimo Goyarrola, vicario general de la diócesis católica de Helsinki, y el Rvdo. Juhani Holma, pastor de la Iglesia luterana finlandesa, hablaron sobre la importancia de la fe para alcanzar una sociedad de personas, no de individuos.
“En Finlandia los cristianos estamos muy unidos, y nos damos cuenta de que nuestra unidad –afectiva y también efectiva– nos empuja a ‘dar calor’ a esta sociedad del bienestar material”, afirmó Mons. Goyarrola, de origen español, al comienzo del encuentro. “Todos estamos de acuerdo en que queremos el bienestar, también lo quiere la Iglesia: un bienestar físico, psicológico, espiritual… En este contexto, la fe es –yo lo veo todos los días– ese calor que la gente necesita para poder comunicarse, para poder estar juntos”.
Una sociedad de individuos
Raimo Goyarrola habló de los peligros que, en sociedades como la finlandesa, se derivan de la sobrevaloración del bienestar material: “Lleva a una obsesión por ‘tener’, más que por ‘ser’. Es una enfermedad muy grave, y creo que los países del sur de Europa están todavía a tiempo de evitarla. Finlandia, Suecia y otros países del Norte nos pueden dar elementos muy importantes para prevenir. Son países que ‘funcionan’ muy bien, pero donde la ausencia de Dios, de trascendencia, está creando una sociedad de ‘individuos’, no de ‘personas’”.
“Nos falta la autoridad, y es un problema, por eso envidio que en la Iglesia católica haya realmente un pastor que gobierne” (Rvdo. Holma)
“La línea del papa Francisco sobre la pobreza es la clave del futuro de la sociedad. No la pobreza entendida como indigencia, sino como virtud, desprendimiento, como pensar en el ‘ser’, y no en el ‘tener’. Yo lo veo muy claro en Finlandia: este es el futuro de la sociedad. La Iglesia católica en Finlandia es la Iglesia más pobre del mundo; esto es una ventaja, porque no dependemos del Estado. Vivimos de la generosidad de los católicos finlandeses –aunque con las colectas dominicales no pagamos ni la calefacción–, de la aportación de los católicos alemanes y de una parte de su sueldo que nos dan los sacerdotes suecos y noruegos. Es decir: vivimos la catolicidad de la Iglesia en la pobreza”, sostuvo Mons. Goyarrola.
“Los cristianos en Finlandia somos una familia”
“Vengo de un país donde las relaciones ecuménicas son muy buenas”, dijo el Rvdo. Juhani Holma, y contó cómo trabó amistad con Mons. Raimo Goyarrola: “Conocí al padre Raimo hace nueve años en una excursión a las montañas del norte de Laponia, fuimos a Suecia y Noruega, y rezamos juntos. Fue muy significativo en mi vida que rezáramos juntos un católico y un luterano”. Mons. Goyarrola añadió que “en Finlandia, la relación entre las distintas Iglesias es maravillosa, es fraternal. Somos una familia; yo me siento en casa en la Iglesia luterana y en la ortodoxa, y ellos también en la Iglesia católica. Finlandia es un milagro para el ecumenismo”.
“Cuando hace quinientos años comenzó la Reforma en Finlandia, y nació la Iglesia luterana finlandesa –explicó el Rvdo. Holma–, fue por motivos políticos. En esa época Finlandia dependía del rey de Suecia, y este se hizo luterano para poder requisar a la Iglesia sus posesiones y objetos litúrgicos de valor, pues necesitaba dinero para las guerras. Que Finlandia, Suecia y Noruega se hicieran luteranas se debe a motivos políticos. En Finlandia no hubo ningún cambio litúrgico: la misa, las oraciones, el culto a la Virgen María… todo siguió igual. Por esta razón, podría decirse que la Iglesia luterana en Finlandia ‘huele a católica’”.
“En Finlandia los católicos y los luteranos estamos muy cerca doctrinalmente” (Mons. Goyarrola)
Los dos ministros contaron algunos ejemplos de cooperación entre los cristianos de distintas confesiones: “Quizá la acción más bonita sucede en Navidad –dijo Juhani Holma–, cuando la televisión finlandesa retransmite para todo el país un mensaje ecuménico de los obispos católico, luterano y ortodoxo. Es uno de los programas más vistos del año”.
Mons. Goyarrola explicó que “en Finlandia –con cinco millones de habitantes, 78% luteranos y 0,2% católicos, y una superficie parecida a la de Alemania–, la Iglesia católica solo tiene siete parroquias. Sin embargo, a lo largo de un mes se celebra la misa en 25 ciudades distintas, lo que significa que usamos iglesias luteranas u ortodoxas”. También contó que ejerce de capellán para los católicos en el Ejército finlandés: “Allí sucede que los pastores luteranos me llaman cuando encuentran a militares católicos, desperdigados por el país. Cuando voy a los cuarteles encuentro a jóvenes católicos, ortodoxos, luteranos, agnósticos… y todos tienen necesidad de Dios”.
Quinientos años de la Reforma
La especial sintonía que se vive en Finlandia entre la Iglesia católica y la luterana también se refleja en las iniciativas que conmemorarán en 2017 del quinto centenario de la Reforma protestante. El Rvdo. Holma, experto en liturgia y música sacra, preside el grupo de trabajo sobre liturgia para este aniversario; Mons. Goyarrola es también responsable de muchas de las iniciativas para 2017.
“En Finlandia hay unas ochenta iglesias de la Edad Media que eran católicas y ahora son luteranas; muchas son museos o se usan para bodas”, explicó Raimo Goyarrola. “Una iniciativa para 2017 es hacer uso común de ellas; otra iniciativa es celebrar un gran encuentro ecuménico donde poder rezar con el misal de 1520, anterior a la separación. El papa Francisco irá el 31 de octubre a Lund (Suecia), donde ha sido invitado por la Federación Luterana Mundial, que nació allí hace sesenta años. Estamos en negociaciones con el Vaticano para que el día anterior, domingo, el Papa pueda encontrarse con los católicos del norte de Europa. Creo que el 2017 puede resumirse en que vamos a rezar mucho juntos, católicos y luteranos”.
Mons. Goyarrola añadió que ha empezado recientemente en Finlandia un diálogo oficial entre la Iglesia católica y la Iglesia luterana sobre tres temas: Iglesia, eucaristía y ministerio: “Ya ha habido tres sesiones y ha quedado claro que –en el caso de Finlandia, a diferencia de otros países como Suecia o Alemania– estamos muy cerca doctrinalmente. Queremos hacer un documento conjunto con motivo del 2017, con la ilusión de poder llegar a afirmar que creemos en lo mismo”.
“La Iglesia católica en Finlandia es la Iglesia más pobre del mundo. Vivimos la catolicidad de la Iglesia en la pobreza” (Mons. Goyarrola)
Al referirse a la “conversión” de fieles luteranos a otras Iglesias, Raimo Goyarrolla precisó que “entre cristianos no hablamos de ‘conversiones’, sino de ‘incorporaciones’. Se suele hablar de conversión cuando uno no está bautizado”. El Rvdo. Holma contó cómo ha conocido a antiguos luteranos que se han incorporado a la Iglesia católica y a la Iglesia ortodoxa: “Veo que los luteranos que se incorporan a estas otras Iglesias no lo hacen por motivos sentimentales, sino por motivos doctrinales”.
“Unos 60 o 70 luteranos se incorporan al año a la Iglesia católica, y no hay ningún problema”, añadió Mons. Goyarrola. “Tengo un amigo pastor de la Iglesia internacional luterana, que realiza la pastoral en inglés. Cuando llegan a su iglesia cristianos católicos, siempre me avisa. Por otra parte, hay católicos que viven a cien o trescientos kilómetros de la parroquia católica más cercana. ¿Es mejor que reciban alimento espiritual –aunque sea luterano– o que se queden sin nada? Lógicamente, es mejor lo primero. Es bueno poder confiar en que, en Finlandia, los luteranos alimentan espiritualmente a muchos católicos. También es un reto ecuménico, pues no podemos caer en el indiferentismo: aunque haya muchas cosas que nos unan, todavía no formamos parte de la única Iglesia visible de Cristo”.
La perspectiva luterana
En una entrevista para Aceprensa, el Rvdo. Johani Holma explicó su visión de la Iglesia católica: “Pienso que la Iglesia católica es ‘madre’, por muchas razones. Realmente es mi madre, pues fuimos católicos durante mil quinientos años. Creo también que seguimos siendo católicos, en un sentido amplio, aunque no estemos unidos con Roma. La Iglesia luterana engloba muchas tendencias: hay pastores muy liberales y otros más pegados a la tradición, por lo que no es fácil decir qué somos. Tenemos diez obispos y cinco opiniones diferentes, por ejemplo. Por esto, la gente no sabe con claridad qué piensa la Iglesia luterana sobre un tema. Nos falta la autoridad, y es un problema: por eso envidio que en la Iglesia católica haya realmente un pastor que gobierne. Me gusta mucho el papa como figura en la Iglesia, y especialmente el papa Francisco. Cuando hay autoridad, los temas doctrinales y morales resultan más claros”.
Al referirse a Lutero, el Rvdo. Holma dijo que de él “podemos aprender a decir las cosas con fortaleza y claridad. Sabemos por la historia que en esa época había problemas reales, y Lutero tuvo el coraje de ponerlos delante para que fueran solucionados. Pero, aunque la intención inicial era buena, sucedió una tragedia: Lutero no fue fiel a Roma, y se produjo la división. Creo que es problemático que una sola persona quiera llevar a cabo una tarea tan grande en la Iglesia. Esto pasó con Lutero, Calvino, Zuinglio… Pienso que esto no es ‘apostólico’, sino más bien individualista. La traducción de la Biblia y el intento de acercar a los laicos a la liturgia fueron buenos deseos de Lutero que, en mi opinión, recogió el Concilio Vaticano II”.