Una versión de este artículo se publicó en el servicio impreso 54/15
Escasos meses después de celebrar el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín, un nuevo muro amenaza con dividir dos países europeos. El Gobierno de Hungría anunció el pasado 17 de junio la construcción de una valla de 175 kilómetros en la frontera con Serbia, con el objetivo declarado de frenar la inmigración ilegal. Según datos de la Oficina de Inmigración Húngara, 57.000 personas –procedentes en su mayoría de Kosovo, Siria, Afganistán e Irak– han entrado ilegalmente en el país en lo que va de año, una cifra que contrasta con los 43.000 inmigrantes registrados el año anterior, y más con los 2.000 de 2012.
En décadas anteriores, la proliferación de muros de división…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.